Escenario

Carla Morrison vive noche de profunda emotividad en el Auditorio Nacional

COBERTURA. La cantante originaria de Tecate, Baja California, se presentó este sábado en el Coloso de Reforma con Denisse Guerrero de Belanova como su invitada de honor

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Carla Morrison en el Auditorio Nacional.

Carla Morrison en el Auditorio Nacional.

OCESA/Liliana Estrada

La multifacética y popular cantante Carla Morrison, originaria de Tecate, Baja California, cerró su gira en el Auditorio Nacional con una fecha agotada, marcando su espectacular regreso desde 2014.

La última noche del renacimiento nos abrazó con una experiencia emocionante que envolvió a quienes estuvimos presentes en un campo de oscuridad con flores como luces vibrantes y llenas de vida.

Entre efusivos gritos de emoción y lágrimas, vivimos una experiencia cautivadora en este escenario efervescente, donde resonaron las palabras de Carla al invitarnos a despojarnos de inhibiciones y celebrar el amor en una sociedad que a menudo esquiva la expresión romántica, tildándola de cursi.

Los gritos de “Carla, te amo” tapizaron cada intermedio, otorgándonos un matiz personal y conmovedor en esta mágica noche, donde nuestras emociones se convirtieron en títeres de Carla Morrison, poniéndose a prueba con cada interpretación que parecía que rompería nuestros corazones con su magnífica voz. Los hilos que tejía con cada canción tenían la intención de cumplir su invitación, convirtiendo así esta velada en una de reflexión y conexión.

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La cantante Carla Morrison.

Carla Morrison expresó su sincero agradecimiento a la Ciudad de México tras interpretar con profunda emotividad su cautivador tema “Compartir”, con el cual inició esta última fecha de su gira.

La cantante hizo una pausa para compartir con los asistentes su pesar por la pérdida de su padre y transmitirnos su filosofía familiar arraigada en la convicción de que, aunque la riqueza material sea efímera, la conexión humana perdura como un tesoro invaluable.

Posteriormente, con una interpretación magistral de “Tragos de amargo licor”, nos sumergió en unos minutos de lágrimas, para algunos un tema sencillo de la música regional y para otros más que una canción, y eso fue lo que Carla nos hizo sentir, dejando en el ambiente una conexión invaluable con aquel ser querido que alguna vez nosotros también perdimos.

Desde el conmovedor “Compartir” hasta el melancólico “Todo pasa”, las canciones fueron como el agua para un campo de flores, y en esta noche de profunda emotividad, se fueron regando los campos de los espectadores, transportando a cada uno a experiencias compartidas. 

Carla Morrison en el Auditorio Nacional.

Carla Morrison hizo un recorrido por su historia.

Manolete

Como fue el caso de que algunos, inspirados por el tema “Te regalo”, se aventuraron a realizar la audaz y valiente hazaña de proponer matrimonio a sus parejas, añadiendo un toque de alegría y euforia al ambiente.

La mágica velada transcurría con el dúo encantador de Elsa y Carla, interpretando con maestría “Ojos noche”, donde Elsa al finalizar agradeció a Carla por tantos años de amistad y su orientación, ya que ella, además de ser una gran amiga y confidente, se convirtió en su maestra por experiencia. Así vemos cómo ella se retira, dejándonos impresionados y con la zozobra de que la siguiente canción podría seguir superando a la anterior.

Más adelante, Carla iniciaba la interpretación de “Rosa Pastel”, inicialmente concebida como un tributo a la intérprete original, y que culminó en la sorpresa de la noche: la aparición sorpresiva de Denisse Guerrero de Belanova, quien en medio de gritos y llantos, se unió a la portadora de emociones en una interpretación conjunta de este popular tema del grupo que no ha abandonado el ranking de Spotify pese a estar en el retiro y a quien teníamos contemplado su regreso en el popular festival Tecate Pa’l Norte a lo cual Denisse confesó que no pudo resistirse a la invitación de Carla.

A lo largo de esta cautivadora noche, la audiencia fue invitada a sumergirse en una introspección profunda, dejando atrás el dolor y abrazando la magia que emanaba de la música en este renacimiento nocturno. Cada acorde, cada palabra y sentimiento se convirtieron en un catalizador para que los presentes se perdieran en la sinfonía de sus propias emociones, creando un lazo colectivo que trascendió el simple acto de presenciar un concierto.

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Este espacio se convirtió en un mar de emociones, y la voz de Carla Morrison nos hizo navegar en este espacio donde su maestría en el arte de transmitir emociones con sus letras y melodías fueron el barco que nos llevó a nuestro destino, uno donde las almas presentes de los espectadores lograron una comunión efímera pero eterna a través de la música.

En este renacimiento nocturno, Carla Morrison no sólo ofreció un concierto, sino que inauguró un capítulo en la memoria colectiva de aquellos afortunados que presenciaron la magia y energía de esta artista.

Con su voz como herramienta, convirtió esta noche en oleada extraordinaria de emociones, donde la última noche del renacimiento no solo fue un cierre, sino un renacer de conexiones, emociones y la perpetua magia que solo la música excepcional puede generar, y que artistas como Carla Morrison, han logrado en los corazones de muchos.

La cantante junto a Denisse Guerrero de Belanova.

La cantante junto a Denisse Guerrero de Belanova.

OCESA/Liliana Estrada