Escenario

‘Los dos amores de mi vida’: Un autodestructivo intento de retratar el amor

CORTE Y QUEDA. La cinta, dirigida por Andy Fickman y basada en la novela homónima escrita por Taylor Jenkins Reid, es un cúmulo de clichés absurdos

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Fotograma de ‘Los dos amores de mi vida’.

Fotograma de ‘Los dos amores de mi vida’.

CORTESIA

Es interesante la posibilidad de observar el fenómeno de las comedias románticas en el cine nacional, ya sea desde una mirada mediática hasta un plano de recaudación económica, generando siempre un enfrentamiento de ideas sobre la necesidad de incentivar producciones de dicha índole, y como afecta o ayuda a la industria, dependiendo del enfoque que se quiera rescatar.

Es evidente que las historias de esta naturaleza poseen un magnetismo para la taquilla mexicana, la cual al no tener una baraja más amplia de opciones termina consumiendo lo que tienen a su alcance. Esto no quiere decir que esta forma de consumo sea exclusiva de nuestro mercado, ya que en repetidas ocasiones hemos sido testigos de cómo México funciona como una extensión – con una consciencia propia – del cine estadounidense, el cual suele desprender productos con la misma esencia de las anteriormente ejemplificadas, y el pasado 8 de junio se estrenó en pantallas nacionales uno de estos casos.

Bajo el título de Los dos amores de mi vida (2023), la cinta dirigida por Andy Fickman está basada en la novela homónima escrita por Taylor Jenkins Reid en donde se plantea un triángulo amoroso inmerso en un dramático accidente que les hará cuestionarse los verdaderos sentimientos entre las posibles relaciones que se plantean en la trama.

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Nada nuevo para el cine romántico

Tras un giro inesperado en su vida, Emma (Phillipa Soo) tendrá que decidir entre su esposo el cual creía muerto, debido a un accidente aéreo, y su prometido quien le ayudó a superar ese trágico y doloroso momento de su vida. Un enfrentamiento del pasado con el presente amoroso de la protagonista, así como de reflexiones sobre la evolución del amor y las necesidades emocionales del ser humano.

Con un cúmulo de clichés del género romántico que afectan el propio desarrollo de los personajes y entorpecen la historia principal, la propuesta de Fickman navega por distintos discursos sobre las relaciones afectivas que parecen caducos en nuestros tiempos, y por lo tanto llegan a incomodar a una audiencia que es bombardeada por diálogos genéricos y sin algún aporte para la nula tridimensionalidad de los protagonistas.

Cada situación que se aterriza en el filme parece entrar en un circuito cerrado de argumentos inconclusos y reiterativos, alimentando a personajes planos que se apoyan en un melodrama poco efectivo y sobreexplotado en las actuaciones del reparto. En un intento infructuoso de acercar al público, la producción se escuda con secuencias de gestos románticos que solo logran una naturaleza risible por el absurdo de sus reacciones y conclusiones. 

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La música como herramienta de manipulación

Por otro lado, la música intenta plantearse como una herramienta de manipulación emocional, mutando a un elemento ajeno a la narrativa, que incluso suele entorpecer el ritmo de la misma. Es así como One true loves – el título en su idioma original – es un fallido intento de interpretar la evolución del amor, al menos en su adaptación cinematográfica.

Al ser una adaptación desprendida de un soporte literario, la edición parece adentrarse a una propuesta episódica cuyo resultado es un mero ejercicio de mutilación audiovisual, rompiendo el ritmo de cada secuencia y arrojándonos a un recipiente de elementos inconexos y sin propósito.

La plastificación y nula atención al detalle de este producto nos hace reflexionar demasiado sobre la cultura del consumismo desbordado contemporáneo, donde la propia coyuntura en la falta de historias originales propicia un reciclaje de tramas express, donde lo único importante es la taquilla y las estrategias de mercado, por encima de la calidad del producto final.

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Una industria poco creativa

¿Será esta última reflexión uno de los detonantes de una huelga como la de los guionistas en Hollywood? De manera indirecta puede ser, ya que al aumentar la cantidad de contenidos por la alta demanda en plataformas de streaming, así como en los propios cines, las exigencias para dicho gremio se potencializan, llegando a una saturación que requiere mejores condiciones laborales.

La llegada de cintas como Los dos amores de mi vida solo es una consecuencia del estatus actual de la industria, algo que no impide que sigan surgiendo también materiales que poseen calidad comprobada, además de gozar de aceptación en cualquier frente donde se presente.

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