Jaime López rescata al lenguaje de la censura de lo políticamente correcto

El legendario Jaime López, uno de los compositores y exponentes del rock más rebeldes y polémicos de la industria gracias sus composiciones desinhibidas de amor y desamor, narraciones de un lenguaje callejero; se presentará este sábado 20 de noviembre en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris con su espectáculo ciudaDFrontera.

“Siempre pienso en mi disco como un álbum fotográfico, parte de un todo sutil o muy descarado, y con mayor razón cuando se trata de presentarse en vivo, ahí me imagino una obra de teatral o una comedia musical de un solo hombre; la planeación se ha logrado a través de los años que conformaron momentos determinados que a su vez hacen repertorios que se nombran de diferente manera, según los terrenos por los que transiten”, dijo López en entrevista con Crónica Escenario.

“En este caso el Teatro de la Ciudad tenía un antecedente que se interrumpió por la contingencia, ahora tenemos la oportunidad de retomarlo con este evento. Cuyo título viene de mi disgusto por el cambio de nombre de la capital del país, a mí me gustaría que se siguiera llamando Distrito Federal porque una de sus grandes virtudes es que puedes inventar tu propia ciudad dentro del Distrito, no pretendo ser cronista sino plasmar cómo se impone en mí la ciudad; más de dentro hacia afuera que de fuera hacia adentro”, agregó.

A lo largo de dos horas, el espectáculo se dividirá en tres actos; en el primero, el artista se sumergirá en lo más íntimo del escenario; el segundo mostrará un retrato de lo que significó el encierro para el compositor y finalmente el tercer acto, mostrará un monólogo a través de las composiciones más icónicas del músico, quien únicamente se hará acompañar de su armónica y una guitarra.

“Digo que soy un solista involuntario porque no conseguí formar ningún grupo a pesar de haber pasado por varias agrupaciones durante muchas décadas, al final siempre estuve solo y aprendí a defenderme desde esa misma soledad, entendí que únicamente contaba con mi cuerpo y mi voz, a partir de ahí desarrollé ciertas canciones que sin pretender que fueran a capella a así nacían. Si bien el rap no existía en ese entonces, al menos no bajo ese nombre, para mí lo que estaba creando, lo era, era una especie de rap”, explicó.

“Recuerdo que un amigo me dijo ‘me encanta tu jazz verbal’. Las canciones nacen solo conmigo; para mi buena suerte los temas siempre me han asaltado y a partir de ahí les he dado vida de una forma muy fluida”, añadió el creador de temas como “El mequetrefe”, “Oficio sin beneficio”, “Es tan poco el amor” o “Por los arrabales”.

EL MOVIMIENTO RUPESTRE

Nacido en 1984, el movimiento plantea que lo único que se necesita para hacer rock es una guitarra y un buen mensaje, dejando de lado a las grandes disqueras y tomando temas propios y cotidianos de la cultura mexicana. Dentro de los exponentes más importantes de este movimiento se encuentran El Haragán y Cía, Rockdrigo González y por supuesto, Jaime López, quienes dieron vida a canciones como “Buscando el amor en las calles'', “Metro Balderas” y “Chilanga banda”, respectivamente.

“Recuerdo mis participaciones en Siempre en Domingo con Raúl Velazco, quien me pedía que explicara mi rollo porque obviamente en otros países no entendían las canciones como “El mequetrefe” o “Chilanga Banda”. Nosotros los mexicanos decimos chévere, por ejemplo y usamos muchos modismos de Argentina, Colombia y la propia España, ¿Por qué ellos no iban a aprender a decir ‘cámara’?”, externó.

“México es una gran frontera con muchos acentos, modismos y culturas distintas, casi somos el ombligo del mundo, nos hemos vuelto muy pasivos, muy receptivos a lo que nos dan, pero México es tan rico que también debe exportar la forma de hablar. Para mí, la cultura es la interacción de los estratos, porque puedes tener el acento y la forma de hablar que sea, yucateca, regiomontana, sonorense, pero al final, si algo nos une es el sentido del humor que se desprende de nuestro idioma, percibo al humor mexicano como un símbolo patrio sumamente valioso”, destacó.

CENSURA Y LENGUAJE DE LAS REDES SOCIALES

Si por algo se ha caracterizado Jaime López es por su irreverencia al componer: “No hay palabras malas sino malas intenciones, las palabras se pueden usar tan afectiva como despectivamente. La intención de una instancia que quiera institucionalizarse con la idea de regular el lenguaje o las costumbres, me parece peor que la inquisición, no hay peor fascismo que el que va de abajo para arriba, decir ‘hijo de tu sexoservidora madre’ suena aún más ofensivo”, sentenció.