Una reciente controversia fue desatada por maquinaria que entró al terreno donde décadas atrás se erigía el estadio Nicolás Álvarez Ortega (NAO); finalmente las autoridad aclaró que no demolieron una “Ciudad de las Artes”. Lo que derribaron fueron vestigios de un proyecto inconcluso, especificó, estructuras vandalizadas y espacios en ruinas que durante más de una década permanecieron inservibles.

Las únicas instalaciones que sí han funcionado en ese predio, la Escuela Superior de Música y la Escuela de Danza, serán respetadas y mejoradas como parte del nuevo proyecto que impulsa el Gobierno de Nayarit para construir un estadio moderno y recuperar el espacio público perdido desde 2009.
Fue ese año cuando el entonces gobernador Ney González ordenó la demolición del estadio NAO, con la promesa de levantar uno nuevo. Sin embargo, el proyecto cambió de rumbo apenas un año después y la idea del estadio se trasladó a las afueras de Tepic.
En el terreno abandonado que quedó, González presentó al final de su mandato un nuevo plan: construir una “Ciudad de las Artes”, cuya ejecución nunca se concretó.
A más de una década de distancia, el sitio acumuló abandono, desuso y deterioro. De esa etapa sólo se construyeron dos edificios que han operado de manera constante: las escuelas de música y danza. Todo lo demás –entre ellos un lago artificial sin mantenimiento que provocó la muerte de un menor en 2015– fue símbolo del fracaso urbano. Hoy, las obras del nuevo estadio buscan resignificar ese lugar.
En el contexto de la protesta que un grupo de personas mantiene contra las obras del nuevo estadio, el poeta nayarita Octavio Campa Bonilla recordó con dureza los antecedentes del predio: “¿Cuántos de esos jóvenes saben el criminal motivo del sátrapa que luego de demoler el emblemático NAO amontonó sin ton ni son ese adefesio al que denominó Ciudad de las Artes?”
El actual proyecto, respaldado por figuras del deporte como Ramón Ramírez, Misael Espinosa y Marcelino Bernal, se plantea como una forma de devolver a la capital nayarita un ícono futbolístico con profundo arraigo. “El estadio Nicolás Álvarez Ortega era el alma de la ciudad”, recordó Ramírez, exseleccionado nacional y originario de Tepic. “No era solo una cancha. Era un templo”.
El nuevo estadio NAO será construido en el mismo predio donde estuvo el original, con capacidad para 12,500 personas. Entre sus elementos arquitectónicos destacará la reinterpretación de la “Cachucha”, el emblemático techo autoportante que distinguía al viejo estadio. Además de gradas accesibles, contará con palcos, espacios comerciales y una cancha de última generación.
En paralelo, el gobierno estatal ha asegurado que no sólo se conservarán las escuelas de arte, sino que serán modernizadas e integradas como parte del nuevo complejo, en un esfuerzo por combinar cultura y deporte en un solo espacio. La obra tiene un plazo estimado de 18 meses.
Hoy, dos exgobernadores de Nayarit –González Sánchez y Sandoval Castañeda, relacionados directamente con el derrumbe del estadio original y del fallido plan cultural, respectivamente– que enfrentan procesos judiciales por corrupción. Mientras tanto, la nueva obra busca cerrar ese ciclo de abandono con un proyecto funcional, accesible y simbólicamente reparador para los tepicenses.
Después de trece años, el Gobierno de Nayarit ha iniciado formalmente la construcción de un nuevo estadio de fútbol en ese mismo predio, con el objetivo de restituir un símbolo deportivo de gran arraigo para los tepicenses, de acuerdo a exfutbolistas profesionales originarios de Nayarit e impulsores de la obra.