
Coahuila — En política y economía siempre se habla de “fórmulas mágicas”. Pero en Coahuila, al menos en este arranque de sexenio, parece haber una que se repite como mantra: la de sumar voluntades. Ayer, durante la instalación del Comité Promotor de Inversiones, el gobernador Manolo Jiménez insistió en que el secreto está en trabajar en equipo: sociedad civil, iniciativa privada y gobierno caminando en el mismo sentido.
El encuentro, que tuvo lugar en Palacio de Gobierno con la presencia de funcionarios federales, empresarios y legisladores, marcó un paso importante. No es menor que este comité nazca como un mecanismo de coordinación público-privada avalado por la Secretaría de Economía federal. En pocas palabras: un espacio permanente para que los proyectos de inversión no se queden en discurso, sino que tengan seguimiento y resultados concretos.
Manolo fue claro al enlistar los temas que requieren respaldo de la federación: la definición del futuro de AHMSA, la modernización de carreteras, la rehabilitación del tren de pasajeros, la ampliación del Puente Internacional II en Piedras Negras, las licitaciones de CFE para los carboneros, el impulso a la ganadería de engorda y hasta la explotación del gas shale. Cada uno de estos puntos tiene un peso enorme en la economía regional, y juntos dibujan la complejidad de un estado que, como él mismo dijo, tiene cinco regiones con vocaciones distintas.
Aquí se vuelve evidente la apuesta: detonar polos de desarrollo donde hoy todavía hay incertidumbre, y al mismo tiempo mantener a Coahuila en el mapa de los estados más competitivos del país.
El gobernador se mostró confiado: “En Coahuila nos gusta trabajar, nos gusta construir; somos propositivos, ejecutivos y pro negocio”. No es casualidad —agregó— que la entidad sea considerada uno de los motores económicos de México. Lo cierto es que los indicadores acompañan ese discurso: baja tasa de desempleo, atracción de inversión extranjera y un clima de negocios estable.
Pero más allá de los números, lo que se juega con este Comité es la capacidad de sostener esa narrativa en medio de realidades complejas. Si el gobierno federal cumple con su parte y si la coordinación se mantiene viva, Coahuila puede dar un salto importante en infraestructura y competitividad.
La instalación de este comité deja una señal clara: se quiere que la confianza empresarial se traduzca en inversión real. Que no se quede en promesas de campaña ni en discursos de coyuntura. Los empresarios presentes lo saben: la recuperación económica de la Región Centro y de la Carbonífera pasa, en buena medida, por cumplir estos compromisos.
Por eso, más que un evento protocolario, este fue un recordatorio de que el desarrollo no se decreta: se construye. Y en Coahuila, al menos por ahora, se insiste en que la mejor forma de hacerlo es juntos.
La Crónica de Hoy/2025