La carretera camino a Nogales se convirtió en un estacionamiento el pasado 27 de octubre, cuando agricultores jaliscienses iniciaron un bloqueo para exigir precios justos por sus productos y denunciar el coyotaje que, aseguran, afecta gravemente sus ingresos.

Desde la tarde del lunes 27 de octubre, múltiples camiones, automóviles y tráileres quedaron detenidos, interrumpiendo el paso y la rutina de cientos de conductores.

Para la mañana del 28 de octubre, el panorama seguía siendo el mismo: el tráfico permanecía inmóvil, en un silencio inusual. Nadie tocaba el claxon, nadie gritaba.
Las personas habían bajado de sus autos para sentarse en el suelo, convivir con otros conductores o, en algunos casos, caminar de regreso o buscar un lugar más ameno para esperar.

“Es lo justo”: las voces desde el bloqueo
Pese al cansancio y el sol implacable, la mayoría de los varados mantenían una actitud comprensiva. De la mano del fotográfo Diego Villasenor, La Crónica de Hoy, charló de manera exclusiva con los presentes.
“Sabemos por qué están luchando, y es justo”, expresó un conductor mientras observaba el horizonte detenido.
Una familia atrapada en el tráfico coincidió en el sentimiento: “Esperamos que puedan obtener precios justos por su trabajo, y que también a nosotros, como consumidores, nos llegue a un precio razonable”.

No todos viajaban por trabajo. Algunos intentaban salir de vacaciones, como el caso de un camión de turistas rumbo a Puerto Vallarta, quienes ya habían descartado llegar el mismo día. “Ni modo —comentó una pasajera—, ojalá logren algo con esto”.

En una camioneta verde cargada con sacos de cebolla, un agricultor resumió el sentir de muchos: “Entendemos por qué sucede el bloqueo. Es lo justo”.

Otros preferían guardar silencio, recostados o dormidos dentro de sus vehículos. “Ellos son la base de todos”, murmuró un hombre desde la sombra de un tráiler.
Bloqueo intermitente y promesa de continuar
Hacia el mediodía del 28 de octubre, los agricultores decidieron liberar momentáneamente la carretera para permitir que el tránsito fluyera por unas horas, aunque advirtieron que los cierres continuarían hasta obtener una respuesta concreta de las autoridades.

Mientras tanto, la carretera a Nogales quedó como testigo de una jornada inusual: un paro en medio del calor, el polvo y la paciencia colectiva; una muestra de apoyo silencioso a quienes cultivan la tierra y reclaman lo que, aseguran, solo buscan: justicia para su trabajo.