
La idea de que los edificios puedan limpiar el aire como los árboles ya no es ciencia ficción. Una investigación conjunta entre Cemex y el Tec de Monterrey reveló que las estructuras de concreto tienen la capacidad de absorber dióxido de carbono (CO₂) de la atmósfera, gracias a un proceso natural llamado recarbonatación. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para transformar las ciudades en “bosques grises”, donde la infraestructura urbana contribuye activamente a la acción climática.
El estudio, publicado en la revista International Cement Review, demuestra que el concreto puede capturar CO₂ a través de sus poros y fisuras, con una eficiencia notable en periodos cortos. Esta capacidad convierte al material en una herramienta prometedora para mitigar emisiones en entornos urbanos densos.
La investigación fue desarrollada por estudiantes del Tec de Monterrey como parte del programa Estancias Profesionales de Cemex, que vincula a jóvenes con proyectos reales en el campo laboral. “Nos enorgullece que a través de este esquema de colaboración por primera vez se haya podido medir este proceso, con una metodología avalada por una publicación internacional”, señaló Carlos Garza Galán, Vicepresidente de Asuntos Corporativos, Sostenibilidad y Comunicación de Cemex México.

Tras esta validación científica, Cemex contempla integrar los hallazgos a su programa Futuro en Acción, con el que avanza hacia la meta de cero emisiones netas de CO₂ para 2050. Además, se evalúan nuevas iniciativas para ampliar el conocimiento sobre la recarbonatación y su aplicación a gran escala.
Este avance permite imaginar ciudades donde cada puente, cada muro y cada edificio se convierte en un aliado del planeta. Una infraestructura que no solo sostiene la vida urbana, sino que también la purifica. Concreto que respira, ciudades que sanan.