El grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano propuso la iniciativa para despenalizar la eutanasia y que las personas con enfermedades terminales, con lesiones permanentes e intensamente dolorosa, o aquellos pacientes que están en agonía, puedan decidir en qué momento terminar con su vida.
Aunque la Ley General de Salud general prohíbe la eutanasia y el Congreso local no podría generar una legislación que la revocara, sin embargo, es posible que el recinto de Donceles vote y envíe la iniciativa al Congreso federal para que se discuta y posiblemente se apruebe.
La iniciativa tiene que ver con que los pacientes en situación terminal son más propensos a sufrir depresión, ansiedad, delirio, estrés y otras enfermedades mentales, que no necesariamente causan sufrimiento físico, pero sí psicológico o emocional.
Por lo que, el sufrimiento intenso influye de manera negativa en su autonomía física, de tal manera que no le permite valerse por sí mismo, con gran probabilidad de que dichas limitaciones persistirán en el tiempo sin posibilidad de curación o mejoría.
En tanto, la reforma a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal tiene como propósito el dejar de criminalizar la eutanasia, con el fin de evitar responsabilidades de índole penal para el personal médico y sanitario que realice la muerte digna.
Al respecto, la modificación al Artículo tercero de la Ley General de Salud propone que es materia de salubridad general el tratamiento integral de los cuidados paliativos y la muerte digna sin dolor.
Registro para acceder a una muerte digna
Para que el ciudadano exprese que desea una muerte digna sin dolor, dicha voluntad deberá ser registrada en el Registro Nacional de Cuidados Paliativos, o podrá ser expresada por escrito ante dos testigos.
En el trámite se tendrá que designar a algún familiar, representante legal o a una persona de su confianza, para el caso de que, con el avance de la enfermedad, esté impedido a expresar su voluntad, lo haga en su representación.
La Secretaría de Salud establecería mediante una plataforma digital en línea, el Registro Nacional de Cuidados Paliativos y la Muerte digna sin dolor. El servicio estará disponible para cualquier persona mayor de edad, en pleno uso de sus facultades mentales, previa identificación razonable y suficiente de su personalidad y que exprese su voluntad de recibir o no cualquier tratamiento.
En caso de que decidan cambiar su decisión en el futuro, las personas podrán modificar o revocar los términos de su voluntad en cualquier momento.
En relación a establecer un sistema de cuidados a favor de los pacientes con enfermedades terminales, se garantizarán los derechos del paciente en situación crítica o terminal, con relación a su tratamiento, a cuidados paliativos o a las condiciones para morir dignamente sin dolor.
Se garantiza el sistema de cuidados
En tanto, le corresponde al Sistema Nacional de Salud garantizar el pleno, libre e informado ejercicio de los derechos de la eutanasia, por lo que la Secretaría de Salud establecerá las normas oficiales mexicanas necesarias para que se lleve a cabo y establecerá la coordinación necesaria entre las autoridades sanitarias y administrativas.
La reforma a la Ley no deja de lado los derechos de los pacientes en situación crítica, dado que el Sistema de Salud tiene la obligación de brindarles atención médica integral, para que tomen de manera libre e informada, con asistencia del médico tratante y en su caso, los familiares o persona de confianza, las decisiones de su tratamiento, ingreso o permanencia en las instituciones de salud, el uso de cuidados paliativos, muerte natural o muerte digna sin dolor.
Con la finalidad de que el personal de salud no sea objeto de señalamientos o consecuencias legales, el paciente puede modificar en cualquier momento y sin responsabilidad para el médico tratante, las decisiones que tome sobre su vida; así, los doctores podrán inducir activamente y sin responsabilidad, la muerte anticipada para los pacientes en situación crítica o terminal, a los ciudadanos que así lo requieran.
En ese sentido, el ciudadano en estado terminal puede decidir la aplicación o no de tratamientos, medicamentos y cuidados paliativos adecuados a su enfermedad, necesidades y calidad de vida; así como renunciar, abandonar o negarse en cualquier momento a recibir o continuar el tratamiento médico.
Una vez que el paciente en situación crítica o terminal elija la muerte digna sin dolor, el médico deberá suministrar los medicamentos que induzcan activamente la muerte de forma anticipada para minimizar el dolor o sufrimiento, o el riesgo de dolor y sufrimiento.
Si el paciente en situación crítica o terminal que recibe cuidados es menor de edad, o se encuentra incapacitado para expresar su voluntad, las decisiones serán asumidas por los padres o el tutor y en caso de que no se encuentren, la responsabilidad serán tomadas por su representante legal, persona de su confianza mayor de edad o juez.
Otra de las innovaciones de la iniciativa es que se exenta al personal de salud y sanitario de ser sancionado cuando preste auxilio o induzca a otra persona para que se suicide. La legislación actual castiga con penas de uno a cinco años de prisión a quien se atreva a inducir la muerte a otro.
La iniciativa para una muerte digna sin dolor, proviene de la reforma presentada en el Congreso de la Unión en legislaturas pasadas por el exdiputado Salomón Chertorivski, el cual, remarcó que en todos los intentos por hacer realidad la iniciativa han estado acompañados por todas las fuerzas políticas, como esta vez en el recinto de Donceles, sin embargo, el Partido Acción Nacional (PAN) nunca ha estado a favor.
En tanto, una de las promoventes, la diputada emecista Patricia Urriza, explicó que el motivo de la propuesta se debe a que los dolores intensos y permanentes que sufren algunos pacientes, provoca que en clínicas sean sometidos a largos tratamientos que solamente calman las dolencias, a pesar de que no se les garantiza mejoría.
En cifras, enumeró que de acuerdo con un estudio de la Universidad de Guadalajara, en México hay aproximadamente 600 mil personas que requieren atención paliativa, pero solamente el tres por ciento la reciben y se descuida su calidad de vida y alarga su sufrimiento, así como de sus familiares.
En apoyo, Chertorivski subrayó que más de medio millón de personas son víctimas de dolores incontrolables que están destinados a terminar su vida sin adelantar su muerte para no soportar más dolencias; “es una salida de emergencia cuando un a enfermedad terminal que no tiene cura, se da y ya no hay nada que la ciencia médica pueda hacer para resolverlo, se tiene que dar en pleno uso de facultades. En la legislatura pasada se presentó la iniciativa en el Congreso, que firmaron todos los partidos con excepción del PAN y los tiempos ya no permitieron que se presentara en el pleno para poder votar”.
La ruta a jurídica a seguir sería que una vez que los partidos locales apoyaran la iniciativa, se enviaría al Congreso federal y en ese recinto se discutiría en la Comisión de Salud, observar las modificaciones y que en la Ley General de Salud se verifique el proceso, el equipo necesario en las unidades médicas y quienes pueden acceder a la eutanasia.
Al mismo tiempo, en la Comisión de Procuración de Justicia se eliminaría la eutanasia del Código Penal federal y extinguir su prohibición y sanción.
Eutanasia en cifras
De acuerdo con la asociación civil” Por el Derecho a Morir con Dignidad”, el 73 por ciento de los mexicanos está a favor de la eutanasia o muerte asistida médicamente en el caso de que los pacientes se encuentren en fase terminal de su enfermedad; esto en relación a un estudio que realizaron en 2022 con cuatro mil entrevistas.
El 68 por ciento de los encuestados afirmaron que en caso de encontrarse en fase terminal de una enfermedad, les gustaría poder pedir ayuda a un médico para adelantar su muerte; en tanto, el 55 por ciento afirmó que preferiría que fuera un médico quien le suministrara la dosis letal de medicamentos.