
“Las familias no se dividen, se integran en estos espacios donde mientras la abuela va a natación, el nieto aprende guitarra, la madre se relaja en el spa, y la ropa se lava sola, en lavanderías públicas y gratuitas”. Así, en una sola imagen, Clara Brugada resumió y colocó la primera piedra de lo que será la Utopía Eduardo Molina, en Venustiano Carranza, una obra que promete redefinir el espacio público en el oriente de la capital.
No fue un evento más: vecinos, atletas, funcionarias y funcionarios celebraron el inicio de una intervención de 60 mil metros cuadrados en el histórico Deportivo Eduardo Molina, con una visión integral que combina deporte, cultura, salud, cuidados y comunidad.

Como resumió la mandataria local, “la Utopía en Venustiano Carranza será un lugar donde las tareas cotidianas no agoten a las mujeres, donde el cuidado sea compartido y donde el tiempo libre se transforme en desarrollo personal”.
Será a principios de 2026 cuando esté funcionando, “muy pronto vamos a tener estos servicios. Cuando ustedes vean todo lo que se va a construir en esta Utopía va a ser una maravilla, porque es la transformación del espacio público: 60 mil metros cuadrados que se van a mejorar, que van a dejar de ser el área que no se ocupa del deportivo, que por eso justamente se hace aquí”.

Un deportivo con historia que se transforma
La alcaldesa Evelyn Parra, anfitriona del acto, no escondió su entusiasmo: “Estoy feliz, porque yo también soy usuaria de este deportivo. Aquí corro, aquí juego, aquí convoco a los jóvenes”. Con voz emocionada recordó que el Eduardo Molina está por cumplir 62 años y que durante décadas ha sido “semillero de campeones” y punto de encuentro para las familias de colonias como Morelos, 20 de Noviembre, Michoacana, Romero Rubio o Aquiles Serdán.

“Son 40 mil personas las que vienen aquí regularmente, y casi 7 mil atletas entrenan en sus instalaciones. Por eso esta Utopía no es cualquier obra, es una transformación de derechos”, recalcó.
Durante años, vecinos pedían mejoras urgentes: drenaje, gradas deterioradas, mantenimiento. Hoy, esas peticiones toman forma concreta. La nueva infraestructura convivirá con la esencia deportiva del lugar, fortalecida ahora por un centro acuático con una fosa de más de tres metros de profundidad, pensada para deportes como waterpolo, nado sincronizado y buceo, además de clases inclusivas para todas las edades.

Un laboratorio sensorial para ver con otros ojos
Uno de los espacios más innovadores será el Laboratorio Sensorial, destinado a personas con discapacidad visual, auditiva o motriz. Clara Brugada explicó que este espacio busca, adempas se ser funcional, también generar empatía-
“¿Qué pasa si un día no puedes ver, o no puedes oír? Tenemos que aprender a ser sensibles con quienes viven esas realidades todos los días”.
Este laboratorio, con materiales táctiles, laberintos de estimulación cognitiva y experiencias multisensoriales, será único en la ciudad. Además, se integrará un centro de rehabilitación con alberca adaptada para personas con movilidad limitada, con agua templada y personal especializado.

Cultura, salud y recreación sin costo
La Utopía también será un hervidero cultural: se construirá un auditorio para más de 400 personas, aulas para música, teatro, danza y muralismo, y un foro al aire libre que aprovechará las gradas del viejo campo de béisbol. Todo gratuito. “Cultura para todos y para todas, sin importar edad ni nivel económico”, afirmó Brugada.
La Casa de Salud incluirá laboratorio clínico para análisis básicos, desde pruebas de sangre hasta orina, acercando servicios médicos a la comunidad. Y como parte de su enfoque integral, la Utopía también alojará una Agencia de Empleo, gestionada con la Secretaría de Economía de la ciudad, para quienes buscan insertarse al mundo laboral sin salir del barrio.
El Sistema Público de Cuidados llega al corazón de la ciudad
Pero quizás el eje más revolucionario de esta Utopía sea el Sistema Público de Cuidados, estructurado en tres “R”: revalorar, redistribuir y reducir las tareas de cuidado, históricamente invisibilizadas y relegadas a las mujeres.
“¿Acaso no es trabajo lavar, cuidar, cocinar, estar al pendiente de todo, sin horario ni salario?”, cuestionó Brugada frente al público. “Hoy decimos basta. Vamos a apoyar a esas mujeres que sostienen a las familias, con servicios reales, con tiempo libre, con dignidad”.
Así, las lavanderías públicas, los comedores comunitarios con comida nutritiva y accesible, el spa para descanso y autocuidado, los espacios para infancias y las casas de día para personas mayores, no son lujos. Son parte de una política pública que busca transformar la estructura del tiempo y la vida urbana.
Inflalandia, mascotas y jóvenes
El proyecto también incluye un parque inflable gigante, bautizado como Inflalandia, inspirado en el “Zócalo de las Infancias”, que será gratuito y abierto a todas las edades. “Va a ser tan atractivo que vendrán de toda la ciudad”, anticipó Brugada.
Se sumará un parque canino con consultorios veterinarios y zona de juego, así como comedores donde se ofrecerán tortillas elaboradas con maíz nativo cultivado en Tlalpan, Milpa Alta y Xochimilco. Un guiño a la soberanía alimentaria y a la conexión campo-ciudad.
Una promesa que ya se construye
El secretario de Obras, Raúl Basulto, confirmó que la obra ya fue licitada y está siendo construida por diez empresas de forma simultánea, lo que permitirá su inauguración a inicios del próximo año. “Será una de las primeras Utopías entregadas por esta administración”, prometió.
Al cierre del evento, Brugada recordó que este modelo, probado con éxito en Iztapalapa, se extenderá hasta lograr 100 Utopías en toda la ciudad. “Desde cualquier rincón, en menos de 15 minutos, una Utopía estará al alcance de todas y todos”.
Mientras tanto, en el Eduardo Molina, la primera piedra ya está en el suelo. Y con ella, una ciudad distinta empieza a levantarse.