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En la capital del país, los residuos plásticos constituyen cerca del 20% del total de los residuos sólidos urbanos

Llaman a erradicar el uso de bolsas de plástico en la CDMX: “el mejor residuo es el que no se genera”

En la capital del país, los residuos plásticos constituyen cerca del 20% del total de los residuos sólidos urbanos

Con motivo del Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, el Gobierno de la Ciudad de México reiteró su llamado a la población para erradicar el consumo de estos productos altamente contaminantes y avanzar hacia una cultura de consumo responsable, sustentabilidad y economía circular.

La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) destacó la necesidad urgente de tomar conciencia sobre los efectos negativos que generan las bolsas de plástico. Estos productos, elaborados con materiales poliméricos derivados del petróleo, pueden tardar entre 100 y 500 años en degradarse, y si no se gestionan adecuadamente, terminan como residuos que se fragmentan en microplásticos con impactos ambientales y sanitarios aún poco dimensionados.

Uno de los ejemplos del daño causado por el mal manejo de estos productos se registró en 1997, cuando el investigador Charles Moore descubrió una gran mancha de residuos plásticos flotando en el océano Pacífico. Este hallazgo se convirtió en un llamado de atención sobre la urgencia de transformar los hábitos de consumo.

Además del daño al entorno natural, la acumulación de bolsas y otros plásticos desechables en la vía pública contribuye de forma significativa a la obstrucción de los sistemas de drenaje, especialmente durante la temporada de lluvias, lo que incrementa el riesgo de inundaciones y afecta directamente a miles de personas.

En la capital del país, los residuos plásticos constituyen cerca del 20% del total de los residuos sólidos urbanos. Por ello, desde 2020, se prohibió en la Ciudad de México la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico de un solo uso, y en 2021, la restricción se extendió a popotes, vasos, cubiertos, charolas y otros utensilios desechables, salvo que sean compostables y cumplan con especificaciones técnicas precisas.

Uno de los aspectos que la Sedema considera fundamental para avanzar en la solución es que la ciudadanía comprenda las diferencias entre los plásticos “biodegradables” y los verdaderamente “compostables”. Mientras que los primeros pueden dejar microplásticos y no están debidamente regulados, los compostables están diseñados para degradarse completamente en condiciones controladas, sin dejar residuos tóxicos, y deben desintegrarse en al menos 90% en un plazo máximo de seis meses.

Para garantizar su adecuada identificación, estos productos deben contar con un número de registro otorgado por la Dirección General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental (DGEIRA), la leyenda que indique que deben depositarse con la fracción orgánica, el logotipo oficial y la referencia a la norma ambiental NACDMX-010-AMBT-2019, emitida por Sedema, la cual establece los requisitos técnicos que deben cumplir estos materiales.

Hasta finales de 2024, un total de 155 empresas ya estaban registradas oficialmente para la comercialización de bolsas y productos plásticos compostables, reutilizables o hechos con materiales reciclados de plásticos post consumo, tras haber cumplido con los criterios de dicha normatividad.

Además de estas medidas regulatorias, la Ciudad de México participa en la Plataforma de Acción sobre los Plásticos (PAP-CDMX), la primera en América Latina y el Caribe del Global Plastic Action Partnership (GPAP), que articula a actores del gobierno, la sociedad civil, la academia y el sector privado para generar estrategias con base en evidencia técnica.

El principal instrumento de esta plataforma es una hoja de ruta que busca incrementar la tasa de circularidad de plásticos en la capital del 24% registrado en 2022 hasta alcanzar el 84% en 2040.

“El mejor residuo es el que no se genera”, afirmó la Sedema en un mensaje dirigido a la población capitalina.

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