
La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) detuvo a tres prestamistas que secuestraron a un niño de cinco años, dado que su madre debía una deuda económica de mil pesos a los criminales, por lo que al no poder liquidarla, utilizaron al menor para obligarla a entregar el pago.
Tras ser privado de su libertad, el menor fue hallado sin vida, luego de que agentes de seguridad acudieron al domicilio para iniciar las investigaciones.
Los antecedentes del crimen ocurrieron el pasado 28 de julio, cuando Ana Lilia “N” y Lilia “N” acudieron al domicilio de la mamá del niño, ubicado en la colonia Ejidal El Pino, en el municipio de La Paz, para cobrarle el dinero que debía.
En respuesta, la mujer les indicó que no tenía dinero para saldar la deuda, por lo que en represalia, Ana Lilia “N” y Lilia “N” secuestraron a Fernandito, niño de cinco años como garantía del pago y le dijeron que “no se lo entregarían hasta que pagara el dinero que les debía”.
Indignada y en intento de solucionar la situación, la madre del menor de edad habría acudido en diferentes ocasiones al domicilio de los criminales, con la intención de ver a su hijo, situación que no fue permitida por los agresores. Por ello, hasta el pasado cuatro de agosto denunció los hechos ante la Fiscalía mexiquense.
Ese mismo día, Policías de Investigación de la Fiscalía de la entidad, junto con elementos de la Policía Municipal, se trasladaron al inmueble donde los secuestradores tenían retenido al niño, domicilio ubicado en la misma colonia donde viven las víctimas.
Sin embargo, cuando ingresaron al predio, los elementos policiacos hallaron oculto el cuerpo sin vida de Fernandito, dentro de una bolsa negra, por lo que de inmediato fueron detenidos Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N”.

Tras la detención, fueron presentados ante el Agente del Ministerio Público, quien inició la investigación correspondiente por el delito de desaparición de persona, así como por crímenes diversos hacia de la víctima.
Una vez abierto el proceso, Carlos “N”, Ana Lilia “N” y Lilia “N” fueron encarcelados en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Nezahualcóyotl en tanto que la Fiscalía continúa las investigaciones para determinar las causas de muerte del niño.
Familia en condiciones de pobreza
De acuerdo con testimonios de habitantes de la colonia Ejidal el Pino, mientras el niño estuvo en cautiverio, se dieron cuenta que era víctima de maltrato, incluso se le observó con el ojo morado.
Detallaron que sus condiciones de vida eran “iguales a las de un perro”, pues todo el tiempo estaba amarrado y la comida se la aventaban al piso. Para torturarlo, a Fernandito lo bañaban con agua fría en los lavaderos de la vecindad.
Según versiones extraoficiales, la madre solicitó desde días previos el apoyo al Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Los Reyes, institución de la que no tuvo respuesta.
Fernandito y su madre vivían en condiciones de pobreza, que para subsistir, ayudaban a los comerciantes y locatarios del tianguis local a cargar mercancía, hacían mandados y colaboraban en las tareas en las que podían ganar dinero para sobrevivir. Dado su bajo nivel económico, la madre no tenía ni mil pesos para pagar su deuda.
Mientras la familia de Fernandito realizaba los trámites para que les entreguen el cuerpo del niño, vecinos realizaron un memorial con veladoras, flores y fotografías del niño, al exterior de la vecindad donde falleció, así como en una plaza pública del municipio de La Paz.
Era de tal magnitud su situación de precariedad, que inicialmente, Fernandito no pudo ingresar a la educación primaria, dada la falta de recursos para adquirir los uniformes y materiales. Para auxiliar a la familia, madres de la escuela realizaron una cooperación para comprarle su vestimenta, acción que, narraron, el niño la agradecía con besos y abrazos.
Los calificativos de los vecinos y conocidos hacia Fernandito son que el menor era muy cariñoso, amable y agradecido y que no merecía morir en esa situación de maltrato.
Una vez que se dio a conocer la noticia del fallecimiento del niño, vecinos se manifestaron al exterior de la sede de la Fiscalía en La Paz, para reclamar que “los niños no se tocan” y que a la brevedad se castigue a los responsables sin impunidad.