Metrópoli

Secundarias de Xalpa, Iztapalapa, se han convertido en el escenario perfecto para que grupos criminales fortalezcan sus filas

La desaparición de Ricardo recuerda que los menores son el blanco del crimen organizado

Secundaria Hermilo Novelo Torres

La zona conocida como Las Minas en Iztapalapa, donde “si no vives por ahí, mejor ni te acercas”, es popular entre los habitantes de la alcaldía Iztapalapa por ser un foco rojo en el que se mezclan las pandillas, la libre venta de drogas, poblaciones vulnerables, juventudes olvidadas, y crecientes grupos criminales que aprovechan el terreno fértil para agrandar su territorio de dominio.

La desaparición de Ricardo de 14 años, estudiante de la secundaria Hermilo Novelo Torres, ubicada en dicha zona, destapa un fenómeno que se está gestando en otros planteles del nivel educativo básico en Iztapalapa: la venta de drogas y el reclutamiento forzado ha entrado a las escuelas de la SEP.

Y a pesar de eso, el personal del plantel de la secundaria diurna No. 204, se muestran renuentes a otorgar la información con la que cuentan sobre la reciente desaparición de su estudiante. Crónica se trasladó al plantel -cuya fachada tiene repetidas copias con la ficha de búsqueda de Ricardo- para averiguar lo que saben en la institución sobre el caso, pero todos los integrantes del personal a quienes se intentó entrevistar se negaron a entablar diálogo o negaron conocer datos al respecto.

La familia de Ricardo por fin fue contactada por la Fiscalía de Personas Desaparecidas, pasado el fin de semana decidieron poner manos a la obra: elementos de la Policía de Investigación se presentaron al plantel para hacer levantamiento de datos, mientras Alejandra, la madre de Ricardo pasó el día en las instalaciones del Búnker.

Este lunes las compañeras de Alejandra, trabajadora de la Vocacional 7, habían organizado una manifestación sobre la Avenida Ermita Iztapalapa para exigir que las autoridades realicen su trabajo para localizar lo antes posible al menor ya que se encuentra en inminente peligro pues su familia descubrió que criminales intentaban reclutarlo como mensajero. Sin embargo, la movilización fue suspendida.

Una pregunta que debe rondar en la cabeza de la familia de Ricardo es “¿por qué él?”.

Al jovencito lo caracteriza su actitud y comportamiento sereno, además de que en la escuela solía estar solo. Así lo describe su mejor amigo con lágrimas en los ojos luego de detenerse unos segundos a observar el cartel de búsqueda con la fotografía y descripción física de su compañero; además, señala que por esa razón Ricardo solía faltar mucho a la escuela.

Vocacional 7

En las calles aledañas al plantel estudiantil, es común ver a jóvenes en actitud vigilante a bordo de motocicletas. No sólo eso, en las mismas calles donde se encontraba estacionada la camioneta de la Policía de Investigación, y por donde esporádicamente circula una patrulla de la Policía capitalina, pasan dos camionetas pick up cuya apariencia y los corridos que reproducen a todo volumen, destacan sobre las angostas calles conformadas por modestas casas de la zona.

Lo lustroso de las pick up contrasta con la pobreza de la zona.

También, se observa a los mismos hombres caminando por la misma calle una y otra vez mientras aspiran solventes, donde las rutas son solitarias y silenciosas, pues la gente solo sale de sus casas para las cosas indispensables, el transporte público es escaso, solo llegan algunas vagonetas y taxis ilegales, los niños no juegan afuera ni los jóvenes pasean por las tardes, por seguridad todos se mantienen a puertas cerradas, ahí domina un ambiente de inseguridad.

Es en ese ambiente pesado, a las puertas mismas de la secundaria, donde Ricardo se esfumó desde el día 4 de diciembre.

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