
El intento del gobierno de Nepal de prohibir las redes sociales está arrastrando al país de los Himalayas a los peores disturbios de su historia reciente con una ola de violencia sin precedentes en Katmandú, que ha dejado al menos 25 muertos desde el lunes, tras el estallido de protestas juveniles contra la corrupción que derivaron en ataques a líderes políticos, edificios oficiales y medios de comunicación, y que no se apagó con la dimisión del primer ministro KP Sharma Oli.
La capital nepalí quedó envuelta en llamas y caos, con multitudes incendiando edificios gubernamentales y símbolos del poder del Estado. Imágenes difundidas en redes sociales mostraban a Katmandú entre sirenas y columnas de humo, mientras la violencia se extendía rápidamente a otras ciudades del país.
Muere quemada esposa de expremier
La escalada del martes estuvo marcada por la muerte de Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, que falleció tras ser incendiada dentro de su vivienda en Katmandú.
Otro exprimer ministro, el ex primer ministro Sher Bahadur Deuba y su esposa, la actual canciller Arzu Rana Deuba, fueron agredidos en su residencia y tuvieron que ser evacuados en helicópteros del Ejército y trasladados a un cuartel militar tras el asalto a sus viviendas.
Poco después, multitudes de la llamada Rebelión Z prendieron fuego al Parlamento, la Oficina de la Presidencia y el Tribunal Supremo. También ardieron las residencias de más de dos docenas de ministros, incluidas las del presidente, el primer ministro y el ministro del Interior, así como las oficinas del ‘Kantipur Media Group’, el mayor conglomerado de prensa nacional.
En Bhairahawa, cercano a la capital, los manifestantes prendieron fuego al nuevo aeropuerto internacional, mientras el de Katmandú permanecía cerrado por seguridad. Las autoridades anunciaron el cierre de todos los aeropuertos del país hasta el mediodía del miércoles.
En paralelo, varias cárceles del país fueron tomadas y unos 900 reclusos huyeron. Otras cárceles como las de Kailali y Lalitpur fueron incendiadas, informó el medio local The Kathmandu Post.
“Por favor, regresen a casa”
En un mensaje desesperado, el alcalde de Katmandú, Balendra Shah, pidió calma a los jóvenes manifestantes en un mensaje en Facebook. “La nación está en vuestras manos; cualquier destrucción adicional solo dañará nuestra riqueza colectiva. Por favor, regresen a casa”.
Prohibición fallida de redes sociales
Las protestas estallaron tras la decisión del Gobierno de prohibir el acceso a 26 redes sociales, entre ellas Facebook, Instagram y TikTok, una medida que los jóvenes nepalíes interpretaron como un ataque a la libertad de expresión, en un contexto de creciente descontento por la corrupción y la desigualdad de la clase política de Nepal.
Ante el tamaño de la protesta, el gobierno dio marcha atrás, pero ya fue demasiado tarde y la rebelión se convirtió en una abierta rebelión.
Las autoridades mantienen el aeropuerto de Katmandú cerrado por seguridad, mientras crece la presión política tras la dimisión del primer ministro K.P. Sharma Oli y de al menos cinco ministros de su gabinete, en un intento fallido por contener la ola de protestas.
Los organizadores de las protestas, por su parte, respondieron a la cobertura internacional en un comunicado etiquetado como #GenZProtestNepal, en el que insistieron en que el levantamiento no es solo una reacción a la prohibición de las redes sociales. “Es una protesta anticorrupción, liderada por estudiantes en uniforme escolar, que pretendía ser una manifestación pacífica”, afirmaron.
La dimisión pone fin al cuarto mandato de Oli, una de las figuras más dominantes y controvertidas de la política nepalí. Veterano político forjado en la lucha contra la monarquía, por la que pasó 14 años en prisión, se hizo conocido por su estilo de confrontación y su habilidad para sobrevivir a constantes crisis parlamentarias, aunque finalmente ha sido un levantamiento en las calles lo que ha forzado su caída.