
El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro (en arresto domiciliario por riesgo de fuga), está un paso más cerca de ser condenado a largas penas de cárcel, luego de que el juez instructor del llamado juicio del siglo, Alexandre de Moraes, lo hallara culpable de intentar instaurar una dictadura. En el mismo sentido se pronunció el magistrado Flávio Dino y con eso la Primera Sala del Supremo suma dos votos de cinco votos posibles por la condenación de Bolsonaro y otros siete reos acusados de graves delitos contra el orden democrático y sus instituciones.
En concreto, Moraes —considerado la “bestia negra” de la extrema derecha brasileña y de su aliado Donald Trump— ha pedido que Bolsonaro, que presidió Brasil entre 2019 y 2022, sea condenado por los cinco delitos que se le imputan, que pueden suponer una pena mínima de 12 años y un máximo de 43: intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho, golpe de Estado, participación en organización criminal armada, daño cualificado y deterioro de patrimonio protegido.
El magistrado también se mostró convencido de la culpabilidad de otros siete reos juzgados junto con Bolsonaro, entre los cuales figuran exministros y antiguos jefes militares, lo cual aún será debatido con los otros cuatro miembros del máximo tribunal. El juez instructor no llegó a proponer penas, que podrían sumar unos 40 años de prisión y serán discutidas en otras sesiones que la Primera Sala del Supremo tiene previsto realizar hasta el próximo viernes.
Golpe preparado desde dos años antes
Según explicó, la trama tenía como objetivo “perpetuar” a Bolsonaro en el poder tras los comicios de octubre de 2022, en los que aspiraba a la reelección pero fue derrotado por el progresista Lula.
De acuerdo a los autos del proceso, dados por válidos por Moraes, los golpistas hasta tejieron planes para asesinar al presidente electo Lula da Silva, al vicepresidente electo, Geraldo Alkcmin, y al propio juez De Moraes, que serían ejecutados por seis oficiales del Ejército.
Moraes consideró al líder ultraderechista culpable de haber intentado atentar contra el régimen democrático e instalar una “dictadura”, tras ser derrotado en las elecciones de 2022 por menos de un punto por Lula.
“Estamos olvidando que Brasil casi vuelve a una dictadura por una organización criminal, formada por un grupo político y liderada por Jair Messias Bolsonaro, que no sabe perder las elecciones”.
Durante unas cinco horas, Moraes hizo un pormenorizado relato de la durísima campaña que Bolsonaro emprendió en junio de 2021 con el fin de sembrar dudas en el sistema electoral y generar una corriente de opinión que alertaba sobre posibles fraudes en los comicios de 2022.
Citó decenas de declaraciones públicas del entonces presidente, que ya en esa época tildaba de “canallas” a los jueces y los acusaba de “sabotear” el proceso a fin de favorecer a Lula. Aseguró que, de acuerdo a la investigación, esa campaña contra las instituciones era impulsada en las redes sociales por lo que se conoció como “gabinete del odio”, una estructura de difusión masiva de falsa información que funcionaba en el palacio presidencial.
Según el relator, esa campaña pasó de las declaraciones a los hechos tras las elecciones ganadas por Lula, en octubre de 2023. Sobre el período postelectoral, enumeró decenas de documentos obtenidos por la investigación sobre reuniones en las que se tramaba un golpe y en las que incluso se discutió el borrador de un decreto que ordenaba “intervenir” el Poder Judicial y anular el resultado de los comicios.
“Campamentos a las puertas de cuarteles”
Por su parte, el juez Dino declaró que hubo “violencia y grave amenaza”, tras resumir la vorágine política en que se sumergió Brasil después de que Bolsonaro se negó a reconocer su derrota en las elecciones.
Citó bloqueos de carreteras, atentados frustrados por la Policía y los campamentos montados por activistas de extrema derecha frente a cuarteles del Ejército en los que se exigía que las Fuerzas Armadas impidieran que Lula asumiera el poder.
“Esos campamentos no eran en la puerta de las iglesias. Fueron en la puerta de cuarteles, donde hay fusiles, ametralladoras, tanques”, subrayó el magistrado.
Según Dino, Bolsonaro fue “figura dominante” de la “organización criminal” y tenía “dominio sobre todos los hechos”, en tanto que los otros reos tuvieron una “participación de menor importancia”, por lo cual consideró que las penas deberían ser inferiores.
Denuncia de parcialidad
Dino, de 57 años, llegó al Supremo en febrero de 2024, propuesto por el presidente Lula, con quien ejercía como ministro de Justicia desde enero de 2023.
Las defensas de todos los reos contestaron su participación en el proceso por una alegada “parcialidad”, pero esas demandas fueron negadas de forma unánime por los cinco miembros de la Primera Sala.
¿Qué procede?
Tras los votos de Morase y Dino, aún deben pronunciarse los jueces Luiz Fux, Cármen Lúcia Antunes y Cristiano Zanin, presidente de la Primera Sala del Supremo.
Las audiencias serán retomadas este miércoles, continuarán el jueves y las eventuales sentencias son esperadas para el próximo viernes, después de que De Moraes, en su condición de relator, proponga las penas para cada uno de los reos, que serán debatidas por todos los miembros del tribunal.
Las penas serán establecidas de forma individual, en función de la participación de cada acusado en la trama golpista, y se espera que, en caso de condenación, sean más duras para Bolsonaro, considerado “líder” de una “organización criminal” que conspiró para mantener al propio líder de la ultraderecha en el poder (con información de EFE, Folha de Sao Paulo y El País)..