
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se siente bromista con sus juegos de guerra en el Caribe y su amenaza de atacar Venezuela, señalando que ya nadie quiere salir al mar por miedo a ser hundido por sus misiles.
“De hecho, ya nadie quiere ir a pescar. Nadie quiere hacer nada cerca del agua”, dijo Trump durante una cena con aliados y donantes en la Casa Blanca, en referencia a los al menos cinco ataques que ha realizado la Armada de EU contra embarcaciones que vinculó al narcotráfico proveniente de Venezuela.
Los comentarios del mandatario causaron risas de los empresarios y ejecutivos que asistieron a la Casa Blanca para celebrar la construcción de un salón de baile de doscientos millones de dólares a base de donaciones.
El mandatario republicano agregó que “puede que tengan un hermoso barco y más les vale deshacerse de él porque están muy nerviosos”, al bromear sobre el control que dice el Comando Sur ha logrado sobre el área y al asegurar que el tráfico de drogas por el océano ha mermado considerablemente.
Las bromas del mandatario llegan pocas horas después de que confirmara que autorizó a la CIA realizar operativos de forma encubierta en Venezuela y asegurar que estudia la opción de llevar los operativos antinarcóticos a suelo venezolano.
El presidente republicano calificó de “ridículo” el cuestionamiento sobre si habría autorizado a la CIA el asesinato del líder venezolano, Nicolás Maduro.
Trump ha sido cuestionado por organizaciones jurídicas y senadores demócratas por el uso de la fuerza militar para destruir los barcos sin autorización legislativa y el jefe de Estado de EU respondió diciendo que en treinta años de actuar de forma “políticamente correcta” la Guardia Costera no ha logrado detener al narcotráfico.