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Crece la furia de las familias en Uvalde tras la admisión de errores de la policía

Los llantos y recuerdos se acumulan en las cruces de madera instaladas en el zócalo de Uvalde mientras la frustración no deja de ir en aumento

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Personas se duelen frente a las cruces colocadas en Uvalde, Texas, como recuerdo a los niños muertos en el tiroteo, este sábado 28 de mayo de 2022.

Personas se duelen frente a las cruces colocadas en Uvalde, Texas, como recuerdo a los niños muertos en el tiroteo, este sábado 28 de mayo de 2022.

EFE / EPA / Tannen Maury

La respuesta policial a la masacre de Uvalde (Texas, EU) ha indignado a familiares como Junior Cazares, cuya prima pequeña Jacklyn murió asesinada mientras los policías esperaban más de una hora fuera del aula donde el atacante se atrincheró.

"Espero que pierdan su licencia", dijo Cazares, quien habló con Efe delante de las cruces de madera instaladas en la plaza central de Uvalde para recordar a los 19 niños y dos maestras brutalmente asesinados en el tiroteo del pasado martes en la escuela primaria Robb.

La revelación, este viernes, de que la policía tomó la decisión de no entrar en el aula y esperó a recibir una llave para abrir la puerta, mientras una niña llamaba desesperada a los servicios de emergencia rodeada de sus compañeros muertos, ha conmocionado a la localidad.

"No puedo ni imaginarme a esos niños encerrados en esa habitación, sabiendo que había policías ahí fuera. Es asqueroso", aseguró Cazares, de 24 años.

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El joven trabaja en un hospital donde han ingresado a algunos de los 17 heridos en el ataque y, tras enterarse de que la Policía había reconocido su actuación negligente en el tiroteo, acudió a la plaza central acompañado de su esposa, Lisa, y su hija de cuatro años.

"Solo siento ira. Me hace querer dejar mi trabajo y convertirme en agente de Policía, para poder (...) hacer las cosas mejor. Juraron proteger a nuestra comunidad", recalcó Cazares.

Su prima, Jacklyn, era familiar o amiga de varias de las niñas que fallecieron, incluida Ellie García, que solía jugar con la hija de Junior y Lisa Cazares.

"Conocemos a cada uno de estos niños (asesinados), es una comunidad pequeña y compartimos nuestro amor con cada uno de ellos", aseguró el joven.

LA POLICÍA DEBE MUCHAS EXPLICACIONES

Su mujer, Lisa, se indignaba al recordar cómo muchos padres se acercaron a la escuela mientras el atacante estaba dentro para intentar rescatar a sus hijos e imploraron a la policía que actuara.

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"En lo que sí fueron rápidos es en arrestar a los padres que intentaron entrar", denunció Lisa Cazares, quien opinó que si hubieran estado dentro los hijos de los policías, "las cosas habrían sido diferentes".

Cazares se refería aparentemente al breve arresto de Angeli Rose Gómez, que, después de conducir 64 kilómetros hasta la escuela al enterarse de que había un atacante dentro, increpó a los agentes para que entraran al colegio y la esposaron.

Luego convenció a los agentes de que la liberaran, saltó la valla de la escuela y entró en la escuela para rescatar a sus dos hijos, que no estaban en el aula afectada por el tiroteo y que consiguió sacar del colegio, según relató Gómez al diario The Wall Street Journal.

El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steven McCraw, ha reconocido que no derribar la puerta del aula fue una "decisión incorrecta" y culpó de ella al máximo responsable policial que en ese momento se encontraba en el colegio.

EL RESPONSABLE POLICIAL, SEÑALADO

Varios medios aseguraron este sábado que ese responsable era Pedro "Pete" Arredondo, el jefe de policía del Distrito Escolar de Uvalde, que hace ya varios días que no aparece en las ruedas de prensa sobre la situación.

Según contó McCraw, después de haber oído múltiples disparos en el aula y considerar que las balas ya solo se dirigían a la puerta cuando los agentes trataban de acceder, el citado jefe interpretó que ya no quedaba nadie con vida dentro salvo el agresor.

Por tanto, optaron por esperar, hasta que finalmente un equipo de la Patrulla Fronteriza (CBP) entró en el aula tras un escudo y el atacante, Salvador Ramos, salió de un armario de la clase y empezó a dispararles, momento en que lo abatieron a tiros, según detalles de la investigación filtrados al diario The Washington Post desde las Unidades Tácticas de la CBP.

ESPERANDO LA INVESTIGACIÓN

El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, que en un primer momento elogió a los agentes y dijo que habían "corrido" hacia el atacante, asegura ahora estar "furioso" por la negligencia de los policías y ha prometido una investigación a fondo de su actuación.

En Uvalde, de 16 mil habitantes, donde el 80 por ciento de la población es hispana y donde prácticamente todo el mundo conoce a alguien afectado por el tiroteo, la noticia ha sentado mal, pero hay quienes todavía no se atreven a condenar demasiado a los policías.

"No quiero criticarles", dijo Leti, que vive enfrente de la escuela y relató a Efe cómo los niños de varias clases "corrieron" hacia su jardín durante el ataque y pasaron allí un buen rato, acariciando a su gato y en muchos casos llorando.

A Leti no le gusta que se hable mal de sus vecinos, de la gente que trabaja en su ciudad, pero una parte de ella todavía no entiende lo sucedido. "Si los padres estaban dispuestos a entrar ahí, ¿por qué (los policías) no?", preguntó.