¿Quién no ha exagerado un poco en su currículo? Pues eso intentó hacer el legislador electo republicano George Santos. Pero una investigación del New York Times reveló que Santos se pasó de frenada y mintió en prácticamente todo.

En el papel que entregó al Congreso con sus logros anteriores a la política, el congresista novicio, que en enero tomará posesión de su escaño por el distrito 3 de Nueva York, brillaba una carrera como bróker en Wall Street, la afamada bolsa neyoroquina. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, pues, según la investigación del Times, en los años en que decía desempeñarse como aspirante a ser un Jordan Belfort cualquiera, en realidad estaba atendiendo llamadas en un call center de la cadena de televisión de paga Dish Network, en una oficina situada en el barrio de Queens.

MENTIRA SOBRE EMPLEO

No hay nada de malo en trabajar en un call center, lo malo es creer que es malo e inflar tu currículum con puro humo. En la biografía presentada por su campaña, Santos, hijo de migrantes brasileños, asegura que en aquella época, en 2012, trabajaba en la bolsa neoyorquina a través de CitiGroup, y que luego incluso pasó un tiempo en nada más y nada menos que Goldman Sachs.

La evidencia contra el joven congresista electo, de 34 años, es grande. El Times detalló cómo tanto CitiGroup como Goldman Sachs negaron tener registro alguno de que el republicano hubiera trabajado allí; en cambio, Dish Network sí confirmó que estuvo empleado; incluso era común que otros migrantes brasileños acudieron a resolver sus dudas y quejas con él, porque habla portugués.

MENTIRA SOBRE PROPIEDADES

Pero las mentiras de Santos no terminan en Dish. Según su biografía, es propietario de un total de 13 bienes raíces en Brasil, Nueva York y Nantucket (Massachusetts), mientras los registros obtenidos por el rotativo neoyorquino explican otra historia: Mientras ganaba unos 15 dólares por hora en Dish, rentaba un departamento en Queens junto a su hermana y su madre, empleada como trabajadora doméstica.

Las rentas en todo Nueva York son, a todas luces y desde hace décadas, exorbitantes, así que al joven Santos no le quedaba más remedio, como a tantos otros veinteañeros, treintañeros o... cuarentones, que compartir el habitáculo con más gente.

Uno de estos roomies fue Gregory Morey-Parker, quien describió al New York Times un Santos ambicioso y que, ya entonces, presumía una vida menos modesta de la que en realidad tenía. “Estás ahí sentado presumiendo todo el dinero que estás ganando, entonces ¿por qué tu madre sigue trabajando como empleada doméstica?”, explica Morey-Parker que le cuestionó en una ocasión a Santos.

MENTIRA SOBRE ESTUDIOS

Otro de los episodios turbios del currículo del futuro legislador republicano se refiere a su educación. Sí, también mintió sobre eso. En su biografía figura que estudió en la Escuela de Negocios Stern, más conocida como N.Y.U Business. Sin embargo, otro conocido suyo, Peter Hamilton, relató al mismo diario que Santos, a quien conoció en 2014, no recordaba qué significaban las siglas de la universidad donde decía haber estudiado.

En su biografía oficial, Santos asegura que estudió en la Universidad pública de Baruch y se graduó en 2010, pero, de nuevo, el Times llamó a la universidad y no encontraron a nadie con el nombre de George Santos que se graduara ese año.

MOROSO

Entre tanto, Hamilton dijo que, pese a todo, encontró a Santos bastante “carismático”, pero el recuerdo que guarda de él no ha de ser precisamente bueno. En un momento determinado, el ahora congresista electo le pidió “varios miles de dólares” para poder mudarse a vivir con su novio, y él se los prestó.

Poco después, a finales de 2014, Santos desapareció y dejó de contestar sus mensajes y llamadas. Cuando el primero acudió a los juzgados, Santos reapareció y dijo que ya había pagado -mentira- y que en realidad no era un préstamo sino un “favor” -otra mentira-. Al final, el juez dio la razón a Hamilton y obligó a Santos a pagar con intereses.

¿MALA PERSONA?

Todas estas mentiras, claramente, ponen en entredicho la ideoneidad de Santos como legislador, pero es que hay más. Más mentiras que direcamente merecen cuestionar si George Santos posee la más mínima ética y moral individual para ser considerado “buena persona”.

Otra de las acciones que presume es la de haber liderado un refugio animalista con el que asegura haber rescatado y salvado a más de 2,500 perros y gatos, llamada “Friends of Pets United”, pero la investigción no encontró ningún registro oficial de la organización. En el mejor de los casos, el refugio operaba sin permiso ni registro; en el peor, se lo inventó.

Pero quizás su peor mentira es la que se sitúa más cerca en el tiempo. En su empleo reciente, Santos asegura haber ingresado más de 750 mil dólares anuales de salario en la firma legal Devolver. Los registros muestran que, al menos, esta sí existe, pero, según relata el portal Mother Jones, se disolvió poco después de su creación y no tenía ningún perfil público. Pero, oh, sorpresa, tras publicarse el reportaje del Times, la firma ha reaparecido. ¿De dónde vinieron realmente los 3.5 millones de dólares que afirma haber ganado en total de Devolder? Sepa.

Para rematar el despropósito, en una entrevista, Santos aseguró que su “empresa”, que en ese momento no identificó, “perdió a cuatro trabajadores” en el atentado contra el bar gay Pulse de Orlando, ocurrido en 2016 y donde murieron 49 personas. Sin embargo, sorpresa, ninguna de las personas que murieron aquella noche trabajó nunca en ninguna de las empresas donde Santos afirma haber estado.

2016

“Era como una escena de una película de terror”: testigo en Orlando

Notimex

Tras días de guardar silencio, Santos ha dicho que contará su “historia” esta semana, mientras los demócratas han pedido que el comité de Ética del Congreso comience una investigación oficial.

@MarcelSanroma