
El gobernador de Texas, Gregory Abbott, anunció ayer el primer envío a Nueva York de un autobús de migrantes indocumentados como los que lleva meses mandando a Washington.
"Además de Washington, Nueva York será a partir de ahora un lugar para dejar migrantes" dentro de la estrategia de Abbott contra lo que considera una política de fronteras abiertas de la administración del presidnete Joe Biden, que está "avasallando" a las comunidades de Texas, dijo el gobernador ultraconservador.
Abbott añadió que debido a que el presidente Joe Biden continúa sin admitir esta crisis provocada por sus políticas, el estado de Texas ha tenido que tomar esta acción sin precedentes para mantener la "seguridad" en sus comunidades.
Para Abbott, además, Nueva York es el "destino ideal" para los migrantes, que "pueden recibir la abundancia de servicios y alojamiento que el alcalde Eric Adams" ha puesto para ellos defendiendo que ésta es una "ciudad santuario".
"Como una de las ciudades en Estados Unidos con leyes que protegen el derecho a un alojamiento, Nueva York está obligado a dar un refugio de emergencia a cualquier persona sin hogar", añadió Abbott, cínicamente.
Horas más tarde, la alcaldía de Nueva York explicó que llegaron en concreto 54 migrantes, entre ellos varios niños, mientras el alcalde Adams tildó de "cruel juego político" la medida de Abbott.
El comisionado de la Oficina de Asuntos del Inmigrante (MOIA) de la ciudad, el mexicano Manuel Castro, declaró a Efe que "muchos de los migrantes con los que hemos hablado no sabían lo que estaba pasando. Llegan a Nueva York y no saben qué hacer”.
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