Mundo

El único terrorista vivo del atentado de París en 2015 pasará el resto de sus días en prisión

El macrojuicio por el atentado islamista que dejó 130 muertos, termina con cadena perpetua para el joven Salah Abdeslam

yihadismo en francia

Salah Abdeslam, cazado por una cámara callejera segundos antes de que los atentados

Salah Abdeslam, cazado por una cámara callejera segundos antes de que los atentados

Captura de video

Francia condenó este miércoles a penas de entre dos años de prisión y la cadena perpetua a los acusados por los atentados islamistas del 13 de noviembre de 2015 en París, que dejaron un saldo de 130 muertos y 415 heridos.

Salah Abdeslam, principal acusado y único superviviente de los comandos yihadistas que abrieron fuego contra personas en terrazas de restaurantes y cafeterías y en el interior de la sala de conciertos Bataclan, fue sentenciado, como solicitaba la Fiscalía, a la reclusión perpetua sin posibilidad de revisión, la pena máxima prevista el Código penal francés, y raramente aplicada.

Los jueces determinaron, tras 10 meses de proceso y dos días y medio de deliberaciones en un cuartel militar de localización secreta, que Abdeslam fue el coautor de asesinatos terroristas contra civiles y fuerzas de seguridad.

El tribunal descartó que, al no estar presente él en algunas de las escenas del crimen como la sala de fiestas Bataclan, no se le pudiera considerar tan responsable de los atentados como los que directamente dispararon o hicieron estallar sus cinturones explosivos.

“No fue por humanidad, sino falla técnica”

Consideró que el conjunto de objetivos debía considerarse como uno solo, y que hubo una sola escena del crimen. Tampoco creyó su versión, según la cual el terrorista renunció a última hora por humanidad a activar su cinturón explosivo. Según los jueces, se trató de una falla técnica.

La sala del Tribunal de Justicia estaba a rebosar desde horas antes de que el juez Jean-Louis Périès empezase la lectura de las motivaciones y las penas. Había expectación después de tantos meses en un juicio que ha colocado a Francia ante el peor atentado de una década en la que el yihadismo golpeó a este país como a ningún otro en Occidente en estos años. Y quizá permitirá a algunas víctimas, y al país, franquear una nueva etapa en el duelo.

Las condenas fueron lo más duras posibles —cadenas perpetuas irreductibles— para los máximos responsables: Abdeslam y los cinco terroristas del Estado Islámico en rebeldía (posiblemente muertos en Irak o Siria). También para Mohammed Abrini, el terrorista que acompañó a la célula a París pero la noche anterior al atentado regresó en taxi a Bruselas, fue condenado a cadena perpetua, pero revisable a partir de los 22 años de prisión.