
La fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica son patologías cada vez más frecuentes en mujeres y hombres, padecimientos que suelen instaurarse de manera progresiva, comenzando con dolores lumbares y dorsales.
Estos síntomas suelen irse incrementando de manera paulatina hasta generalizarse, los cuales van acompañados de otros síntomas como cefaleas: trastornos neurológicos más frecuentes y más incapacitantes, problemas digestivos, de concentración, sueño irregular y en ocasiones trastornos depresivos.
En este sentido, la doctora Trinidad Sánchez Ramírez, coordinadora auxiliar de Servicios de Prevención y Promoción de la Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente, precisó que, no se debe olvidar que estas dos patologías son enfermedades de diagnóstico de exclusión, es decir, que para llegar a ellas, previamente hay que descartar otros procesos.
Al respecto, indicó que en la “Unidad de Medicina Familiar (UMF) la primera fase para abordar estas enfermedades crónicas es llegar a un diagnóstico correcto y firme, descartando otras patologías como: anemias, hipotiroidismo, artritis reumatoide, y otras más que pueden ser causa de cansancio y fatiga extrema.
Fibromialgia, alteración de determinados neurotransmisores
La fibromialgia se produce por una alteración de determinados neurotransmisores del sistema nervioso, que derivan en una enfermedad crónica del músculo esquelético que causa dolor y fatiga, sin embargo, reconoció que el origen aún no se encuentra bien identificada y es por ello que los estudios de laboratorio o de imagen de estos pacientes suelen ser normales.
Por lo que se refiere a medidas que permitan prevenirla, es importante mejorar la calidad del sueño, disminuir las situaciones de angustia crónica, realizar ejercicio físico de relajación y tonificación muscular no extenuantes o que provoquen fatiga, además de incluir en la vida diaria alimentación adecuada y balanceada.
Respecto al síndrome de fatiga crónica, mencionó que ésta es una enfermedad que afecta a muchos sistemas del cuerpo.
La doctora Trinidad Sánchez resaltó que las personas con esta enfermedad no son capaces de realizar sus actividades cotidianas, debido a que uno de los síntomas más comunes es la fatiga persistente, inexplicable y debilitante.
En estos casos se debe procurar un adecuado descanso, con jornadas de descanso al menos de ocho horas y cenar ligero para que la digestión no influya en el descanso. Asimismo, es importante no excluir el desayuno, ya que es el alimento más importante del día para obtener energía y eliminar toxinas.