
En el sector agropecuario mexicano, hablar del precio de una vaca en México implica mucho más que asignar una cifra concreta. Detrás de cada ejemplar hay variables biológicas, sanitarias, comerciales y regionales que determinan su valor real en el mercado.
En 2025, el costo de una cabeza de ganado registra variaciones importantes impulsadas por el aumento en los precios de los insumos, el crecimiento de la demanda nacional de carne y leche, y el avance de prácticas tecnológicas que mejoran la productividad.
Conocer cuánto cuesta una vaca —o, en términos técnicos, una cabeza de ganado— es importante tanto para los productores que buscan rentabilidad como para quienes desean invertir en un sector clave de la economía mexicana.
Qué significa cabeza de ganado
La expresión “cabeza de ganado” se utiliza como unidad de conteo para referirse a un animal individual dentro de un hato o rebaño. En el caso del ganado bovino, cada vaca, toro, becerro o novillo representa una cabeza.
Este concepto no solo simplifica el registro de animales en las explotaciones ganaderas, también se convirtió en la base para calcular costos, proyectar inversiones y estimar el valor total de la producción.
En mercados internacionales y procesos de exportación, la certificación por cabeza es determinante para cumplir con estándares de trazabilidad y sanidad exigidos por países importadores.
Factores que determinan el precio del ganado en México
El costo de una vaca no es uniforme y puede variar de forma considerable entre regiones. Su precio depende de la finalidad del animal, ya que un bovino destinado a producción cárnica no tiene el mismo valor que uno especializado en la obtención de leche o en la reproducción genética.
La raza y la calidad genética también ejercen una fuerte influencia: los ejemplares seleccionados para mejorar la productividad suelen alcanzar valores mucho más altos que los animales de razas comunes.
La edad y el peso son otros elementos decisivos. Los becerros con menos de 160 kilogramos tienden a cotizarse más caro por kilogramo debido a su potencial de crecimiento, mientras que en animales adultos el precio total aumenta conforme incrementa el peso.

Una vaca gorda alcanza un precio superior al de una flaca por su mayor rendimiento en carne. A esto se suman las certificaciones sanitarias, que elevan considerablemente el valor del ganado destinado a mercados de exportación. Incluso la ubicación geográfica juega un papel relevante, pues en regiones con mayor demanda o mejores condiciones de producción los precios tienden a ser más altos.
¿Cuánto cuesta una vaca en México en 2025?
El mercado mexicano suele calcular el precio del ganado por kilogramo en pie —es decir, con el animal vivo— o por kilogramo en canal, cuando la carne ya ha sido procesada. En algunos casos, sobre todo en la venta de ejemplares para cría, se establecen precios fijos.
Durante 2025, un becerro destinado a engorda puede alcanzar entre 56 y 70 pesos por kilogramo en pie, con cotizaciones más altas en animales ligeros por su potencial de desarrollo. Las vacas gordas para abasto, listas para el sacrificio, se encuentran entre 39 y 41 pesos por kilogramo, mientras que las vacas flacas, con menor peso y rendimiento, oscilan entre 35 y 37 pesos.
El mercado también distingue entre ganado certificado y no certificado. Una res certificada de 500 kilogramos puede venderse en aproximadamente 50 pesos por kilogramo, lo que representa un valor cercano a 25,000 pesos por ejemplar. Sin certificación, el precio desciende a un rango de 25 a 30 pesos por kilogramo, es decir, entre 12,500 y 15,000 pesos por animal.
En regiones con alta demanda, como el Valle del Mezquital, se han registrado precios de hasta 106 pesos por kilogramo en pie, mientras que en canal la carne puede alcanzar hasta 66 pesos por kilogramo.
En términos generales, una vaca adulta de 500 kilogramos lista para el sacrificio tiene un valor promedio que fluctúa entre 19,500 y 25,000 pesos, aunque este rango puede aumentar si el animal cuenta con certificaciones o si las condiciones del mercado son favorables.
El precio de la cabeza de ganado en México continuará ajustándose en función de factores globales y locales. Los costos de alimentación, el precio internacional de la carne, la demanda de mercados extranjeros y la adopción de tecnologías reproductivas seguirán moldeando el panorama.