
La Ciudad de México implementará la ley seca en varias zonas durante la festividad de la Vigen de Guadalupe, con el objetivo de prevenir accidentes y mantener la segridad entre los peregrinos que buscan llegar a Basílica.
Esta medida implica la prohibición total de venta y consumo de alcohol en espacios públicos y establecimientos comerciales, incluyendo restaurantes, vinaterías y supermercados, sin importar el grado alcohólico de las bebidas.
De acuerdo a la Gaceta Oficial de la CDMX, la restricción comenzará desde la primera hora del 11 de diciembre y se mentendrá hasta la medianoche del 12 de diciembre. Las autoridades señalaron que la medida es preventiva, debido a la alta concentración de personas que se espera durante estos días, y busca garantizar que la celebración se realice en un ambiente seguro y ordenado. La ley seca se considera una herramienta clave para reducir el riesgo de accidentes que podrían afectar a los peregrinos y los vecinos de la zona.
Se informó que las alcaldías afectadas por esta disposición son Gustavo A. Madero y Magdalena Contreras, con atención especial a las colonias que rodean la Basílica de Guadalupe, entre las que se incluyen Martín Carrera, Estanzuela, Santa Isabel Tola, Tepeyac Insurgentes, Lindavista, Industrial, Vallejo, Siete de Noviembre, Guadalupe Tepeyac, Estrella, Aragón la Villa y Villa Gustavo A. Madero. En estos puntos, los comerciantes deberán abstenerse de vender bebidas alcohólicas durante todo el período de la ley seca, mientras que los visitantes tendrán que cumplir con la prohibición de consumo en la vía pública.
La alta afluencia de fieles hace que la implementación de esta medida sea indispensable. Las autoridades locales han planificado los traslados y considerado alternativas de transporte, además de respetar las señalizaciones y las indicaciones del parsonal de seguridad.
La ley seca, junto con otras medidas de seguridad, permite que la celebración se lleve a cabo en un entorno seguro, garantizando que los visitantes puedan participar en las ceremonias y procesiones sin riesgo.
Estas acciones reflejan el compromiso de las a utoridades por equilibrar la tradición religiosa con la prevención de incidentes, asegurando que la festividad se viva de manera ordenada y con respeto tanto por los fieles como para la comunidad.