
Un nuevo episodio de tensión diplomática se abrió entre México y Estados Unidos por el cumplimiento del Tratado sobre Distribución de Aguas Internacionales vigente, que regula el reparto de aguas de los ríos Tijuana, Colorado y Bravo (Rio Grande).
La administración estadounidense ha recriminado a México un déficit acumulado en las entregas del ciclo quinquenal que terminó en octubre de 2025, y el presidente Donald Trump amenazó con medidas de incrementos arancelarios.
¿Cuánta agua le debe México a Estados Unidos?
Según el convenio de 1944, México debe entregar a Estados Unidos 1 millón 750 mil acre-pies de agua cada cinco años, lo que representa un promedio de 350 mil acre-pies por año. Cerca del cierre del ciclo de octubre 2025 se informó que aún existía un adeudo de aproximadamente 950 mil de acre-pies, es decir, más del 54 % del volumen total comprometido
El líquido se entrega principalmente del río Bravo (Rio Grande) y sus afluentes, las entregas se registran y almacenan en embalses internacionales como La Amistad y Falcón. En lo que va del ciclo 2020–2025 México había entregado menos de la mitad del volumen previsto, según reportes oficiales e informes técnicos.
¿Qué está pasando con el agua que le debe México a Estados Unidos?
La escasez responde, explican autoridades mexicanas y especialistas, a una combinación de sequía severa en el norte del país, bajos niveles en las presas internacionales y limitaciones operativas para trasvasar agua sin afectar el suministro interno. El gobierno mexicano ha argumentado que el propio texto del tratado contempla flexibilidad en casos extraordinarios y que ya se han realizado entregas anticipadas y propuestas de compensación para cumplir en la medida de lo posible.
La reacción del gobierno de Donald Trump elevó nuevamente las tensiones. La Casa Blanca y el propio presidente reclamaron el incumplimiento y anunciaron la imposición de un arancel del 5% a mercancías mexicanas si no se corrige el adeudo.
Esta medida busca presionar para la liberación inmediata de volúmenes reclamados por agricultores de Texas. El Ejecutivo mexicano respondió convocando reuniones técnicas y sosteniendo que trabajará con autoridades estadounidenses para acordar entregas parciales que mitiguen el daño en la región fronteriza.