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ISSSTE inicia proceso de certificación para garantizar zonas libres de paludismo

Entre 2023 y lo que va de este año se han registrado 263 casos confirmados por picadura del mosquito Anopheles

mosquitos hembra Anopheles, transmiten la enfermedad del paludismo, aunque hace 40 años en México no se registra ningún caso autóctono

mosquitos hembra Anopheles, transmiten la enfermedad del paludismo. Entre el 2023 y este año se han registrado 263 casos 

Con el objetivo de garantizar zonas libres de paludismo, también conocido como malaria, en el sureste mexicano, el ISSSTE inició un proceso de certificación, consistente en implementar acciones de capacitación a personal médico de primer contacto para que brinden un diagnóstico temprano y se promueva la disponibilidad de pruebas confirmatorias efectivas para personas que viven en zonas de riesgo de adquirir la enfermedad.

En el marco del Día Mundial del Paludismo, que se conmemora este 25 de abril, se resaltó con que la implementación de estos protocolos, el instituto se suma a la agenda de la Estrategia Mundial contra la Malaria 2016-2030, adoptada por la Asamblea Mundial de la Salud.

Esta enfermedad se genera a partir del parásito Plasmodium, que se transmite por la picadura del mosquito hembra del género Anopheles, y debido a que las condiciones climatológicas determinan el desarrollo de ciertas enfermedades. África alberga hasta 95 por ciento de casos.

En 2023 y en los primeros cuatro meses de 2024 se han registrado en México 263 casos confirmados de paludismo, de los cuales, 18 son autóctonos, mientras que el resto corresponde a una infección adquirido por personas que viajaron fuera del país.

Las regiones con climas cálidos favorecen la propagación de mosquitos, por lo que, en el sureste del país existe más probabilidad de adquirirla, esta es la razón por la que estados como Campeche, Chiapas, Oaxaca y Tabasco pueden ser puntos rojos de transmisión por vector (picaduras de insectos) y donde se deben apuntalar los esfuerzos de prevención y atención.

Se destacó que la importancia de establecer protocolos de abordaje clínico para el paludismo, debido a que puede confundirse con zika, dengue y chikungunya; de ahí la importancia de garantizar pruebas confirmatorias para diagnósticos más certeros.

Cabe destacar que los síntomas inician 10 días posteriores a la picadura del mosquito portador del parásito, presentándose fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, malestar general, dolor en los huesos, articulaciones o músculos (artralgia o mialgias), náuseas o fatiga que pueden durar de tres a cinco días.

En cuanto al tratamiento, se destacó que con la intervención oportuna evita el desarrollo de complicaciones que ponen en riesgo la vida, tales como infección cerebral (cerebritis), destrucción de las células sanguíneas (anemia hemolítica), insuficiencia renal, (afección en el riñón) insuficiencia hepática (afección en el hígado), meningitis (inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal), insuficiencia respiratoria por retención de líquido en los pulmones (edema pulmonar), o ruptura del bazo, que causa hemorragia (sangrado masivo interno).

Asimismo, se cuenta con varios métodos de detección de paludismo; el más importante es el de gota gruesa, que consiste en tomar una muestra de sangre que se barre finamente sobre una laminilla de cristal para poder observar la morfología del parásito, a través del microscopio y con ello confirmar el agente patógeno.

El tratamiento se indica en las primeras 14 horas después de la confirmación de la presencia del parásito en el organismo. Consiste en suministrar cloroquina y primaquina, y es necesario el seguimiento médico desde los primeros siete días. Después de un mes se monitorea nuevamente para verificar que se haya frenado la afección y finalmente se hace una evaluación anual para corroborar la desaparición del agente infeccioso.

En lo que va del año, han sido atendidos dos casos registrados este año, con lo cual se evitan complicaciones mayores y se avanza hacia la meta de cero casos en el país.