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Sebastián Rodríguez Matos, El Sensei, lo plantea con sencillez: “no importa dónde empieces, lo que importa es la disciplina con la que decides avanzar”

Formarse como trader en Estados Unidos y en Latinoamérica: la visión de Sebastián Rodríguez Matos, El Sensei

Sebastián Rodríguez Matos
Sebastián Rodríguez Matos Especial

Remesas — La ruta hacia el trading no es igual en todas partes. En Estados Unidos, el acceso a información, plataformas y material especializado es amplio y diverso. En cambio, en gran parte de Latinoamérica, quienes quieren empezar suelen encontrarse con un panorama distinto: falta de educación financiera formal, escasos recursos y un terreno fértil para los fraudes que se disfrazan de academias.

Sebastián Rodríguez Matos, conocido como El Sensei, lo sabe bien. Nació en Estados Unidos, pero su formación y su trayectoria las desarrolló en la República Dominicana. Desde ese punto de vista, ha podido observar cómo dos contextos diferentes marcan el camino de quienes se interesan en el mercado. “En Estados Unidos tienes acceso a cursos y comunidades serias con mayor facilidad. En Latinoamérica, lo más común es encontrar academias que prometen resultados rápidos, y ahí es donde muchos pierden dinero”, explica.

Su propia historia es ejemplo de ese contraste. A los 17 años, su primer contacto con el trading fue a través de proyectos que en realidad funcionaban como esquemas piramidales. La falta de referencias confiables lo llevó a invertir tiempo y dinero en algo que no tenía sustento real. “Lo que me pasó a mí, le pasa a miles en la región. Y lo que duele no es solo el dinero perdido, sino la frustración que genera”, recuerda.

Sebastián Rodríguez Matos
Sebastián Rodríguez Matos Especial

La diferencia central, según Sebastián, está en la estructura educativa. Mientras que en países como Estados Unidos existen programas universitarios o técnicos que incluyen temas de finanzas, en gran parte de Latinoamérica el tema no se toca en las aulas. Eso obliga a muchos a aprender de manera informal, a menudo con materiales poco confiables.

Aun así, destaca que la falta de recursos también despierta una cualidad distinta en los estudiantes de la región: la capacidad de aprender a partir de la práctica y del error. “El latino no se rinde fácil. Incluso después de caer en engaños, muchos vuelven a intentarlo y buscan hacerlo mejor”, comenta. Esa resiliencia, dice, es un rasgo que identifica a gran parte de su comunidad.

El acceso a capital también marca diferencias. En Estados Unidos, un joven puede abrir una cuenta con relativa facilidad y empezar a operar en mercados regulados. En Latinoamérica, las restricciones y la falta de confianza en las instituciones financieras complican el proceso. Por eso, Sebastián promueve programas de fondeo y alternativas que permitan a sus alumnos demostrar sus habilidades sin necesidad de grandes inversiones iniciales.

Más allá de las condiciones externas, asegura que la mentalidad es lo que define el éxito. “He visto estudiantes en República Dominicana con menos recursos que un joven estadounidense, pero con más disciplina y constancia. Y al final, eso es lo que marca la diferencia”, afirma.

Los retos son claros: mientras Estados Unidos cuenta con un ecosistema educativo y financiero más robusto, en Latinoamérica la tarea es crear espacios de formación realista y accesible. Ese es el camino que Sebastián intenta abrir a través de sus programas, en los que la práctica, la gestión del riesgo y el control emocional son pilares fundamentales.

El contraste entre ambas realidades también muestra cómo el trading no es solo cuestión de conocimientos técnicos, sino de contexto cultural. En el norte, se percibe como una profesión más dentro del abanico financiero. En el sur, todavía carga con la desconfianza que dejan los fraudes y con la expectativa de atajos que no existen.

Al final, la comparación no se resuelve en un “mejor” o “peor”, sino en entender las condiciones de cada entorno. Sebastián Rodríguez Matos, El Sensei, lo plantea con sencillez: “no importa dónde empieces, lo que importa es la disciplina con la que decides avanzar”. Y con esa frase, que deja espacio para interpretaciones, resume una diferencia que no depende solo del lugar, sino de la forma en que cada persona enfrenta el proceso.

La Crónica de Hoy/2025

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