
“No vengo a buscar al amor de mi vida, ni menos a enamorarme. Ya sé de qué se trata esta página, si quieres, podríamos quedar un día, buscamos antes un acuerdo económico y vemos qué pasa. A partir de ahí… descubramos lo que puede pasar”. Este es el mensaje con los que Ginn se encuentra a diario en la aplicación en la que se ha dado de alta con la esperanza de encontrar a un sugar daddy.
La joven de 19 años busca a un hombre bien posicionado a cambio de compañía (o algo más), señala que la principal razón para recurrir a este tipo de aplicaciones es el apoyo económico que le pueden bridar, aunque esto implique convertirse en un simple objeto, tal como ella lo señala.
“Leí mucho sobre qué es lo correcto y qué no en este tipo de relaciones, sobre cómo exponer lo que busco sin parecer una prostituta y cómo identificar a quienes son realmente sugar daddys o simplemente hombres que buscan sexo a cambio de dinero”, comenta la joven.
Añade que una vez que supero los prejuicios de salir con un hombre mayor la relación entre sugar baby y sugar dady se hace más fácil, aunque no satisfactoria.
Como estudiante, los gastos de la carrera son uno de sus principales problemas, a pesar del apoyo por parte de sus padres este no es suficiente, pues señala que ellos no pueden proveerle los gustos o lujos que ella necesita.
“No es una relación de dinero por sexo, es más compartir el tiempo con alguien a cambio de regalos y uno que otro detalle, soy la compañía de muchos hombres que se sienten solos, aunque estoy consciente que nada es gratis”.
La joven narra que los limites son fundamentales en este tipo de relaciones, aunque el sexo es algo que está implícito señala que el precio por todos los lujos suele costar bastante caro.
“Llegue al punto en el que termine por salir con más de 6 hombres maduros en una semana, de un momento a otro ya no supe quien era, me gusta recibir este tipo de regalos y ser consentida, pero a costa de que…”
Ginn como se hace llamar en redes sociales, espera terminar lo antes posible la universidad para abandonar esta vida, menciona que a la vez no es algo tan sencillo pues esto paso de sr un pasatiempo a convertirse en su forma de vida.
“Las cenas, las fiestas, los regalos es algo que una disfruta mucho, creo que lo único malo de todo es cuando dejas de ser la chica estudiosa para convertirte en el objeto de señores de 40 años”, comenta.
Para las entrevistadas por Crónica realizar este tipo de actividades noes nada sencillo, uno de los principales retos para las chicas es lucir una excelente figura, así como un impecable cuidado personal, comentan que pasan horas en el gimnasio cuidándose para terminar con hombre que no invierten ni lo mínimo en su cuidado personal.
Tal es el caso de Mila joven de 26 años originaria de Monterrey, quien abandono su estado con la esperanza de encontrar una mejor vida en la CDMX, lamentablemente la pandemia impidió que la joven pudiera encontrar trabajo lo que complico aun más su situación.
“Tras varias semanas en busca de trabajo termine por ser hostess en un restaurante de Polanco, pero apenas ganaba lo justo, una de mis compañeras me recomendó una aplicación para encontrar sugar aunque al principio la idea no me agradaba, la necesidad termino obligándome a abrir mi perfil”.
Mila señala que luego de una semana en la aplicación encontró el apoyo por parte de dos hombres quienes mensual mente le dan entre 6 a 7 mil pesos.
“De momento tengo a dos sugar daddys, uno me da 1500 por encuentro y el otro 4000. Salimos a cenar o nos vemos para compartir una buena conversación. El sexo no ocurre siempre, aunque es parte de la relación y entra en la negociación y al final se acaba dando”, narra la joven quien con ayuda de estos ingresos puede pagar la renta e incluso darse gustos como celulares y bolsos.
“Nunca pensé que acabaría haciendo esto. Es inevitable, sobre todo al principio, sentir que estás acostándote con alguien por dinero y eso, por cultura, te hace sentir mal. Pero si das con un sugar daddy de verdad, esos pensamientos se borran porque la relación que estableces va más allá”.
En la ciudad este tipo de practicas es cada vez más normal, hay muchos usuarios en su mayoría hombres maduros que solicitan la compañía de chicas jóvenes, aunque la pandemia de COVID-19 también ha resultado todo un reto para las personas que ejercen esta práctica.
“Al mes me veía con aproximadamente 15 personas diferentes, el apoyo económico es la principal razón para buscar un sugar, pero por esta misma razón termine contagiándome de Covid”, comenta Nidia de 22 años.
La joven residente de Azcapotzalco compartía el departamento con 4 de sus compañeras, luego de la llegada del coronavirus las cuentas comenzaron a ser un problema, después de que, 2 de sus compañeras dejaran el lugar Nidia tuvo que recurrir a buscar ayuda extra.
“Me han contactado muchos tipos preguntando directamente qué es lo que hago en la cama y qué no, como si yo fuera un simple objeto o un catálogo, no es algo que me encante hacer, supongo que termine por tomar el camino fácil”, comenta la joven con tristeza.
Cuenta que luego de varias semanas de ver a uno de sus “amigos”, como le gusta llamarlos, comenzó a tener síntomas similares a los del Covid-19, tras realizarse una prueba confirmo sus sospechas.
“Estar enferma fue lo peor que me pudo pasar, creí que estas personas seguirían apoyándome o mínimo ayudarme con los gastos, fue difícil ver la realidad, darme cuenta que soy desechable”.
Nidia comenta que ha dejado de visitar estas páginas, aunque aun se frecuenta con algunos de los usuarios que conoció, señala que aun hay gastos que por su cuenta no podría solventar, “no es algo que quiera hacer toda la vida, la verdad siempre termino por sentirme mal conmigo misma, de que sirven los lujos cuando eres un objeto sexual para las personas”.
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