Escenario

Las musas del cine mexicano

Crónica hace un recorrido por las grandes actrices que han sido reconocidas en los Premios Ariel.

Crónica hace un recorrido por las grandes actrices que han sido reconocidas en los Premios Ariel.

Las musas  del cine mexicano

Las musas del cine mexicano

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Desde la primera ceremonia de los Premios Ariel, en 1947, se dio la primera gran rivalidad artística del cine. Dolores del Río y María Félix eran las luminarias más importantes del momento y en la primera edición compitieron, la primera por Las abandonadas (1945), la segunda por El monje blanco (1945). Esa ocasión también fue nominada Anita Blanch por La ­barraca y Esther Fernández por Flor de durazno. La ganadora fue Dolores del Río.

Para la segunda edición de los Ariel, llegó la revancha. María Félix ganó el galardón, también con un filme del Indio Fernández, con Enamorada, en una competencia en la que Dolores participaba por La otra (1946), de Roberto Gavaldón.

En 1945, Dolores filma La selva de fuego, dirigida por Fernando de Fuentes. Curiosamente esta película llegó a ella como un “error de mensajería”, pues el guion había sido escrito para María Félix. Por su parte, María recibió el guion de Vértigo, que había sido escrito para Dolores. Cuando las actrices descubrieron el error ya era demasiado tarde. A partir de este momento, la prensa comenzó a especular una fuerte rivalidad entre Dolores y María.

Más tarde, María Félix ganó en 1949 por Río escondido, y en 1951 por Doña diabla, aunque también tuvo una nominación más tarde por Camelia (1955), que perdería por otra diva de la época: Marga López. Por su parte Dolores del Río ganó en 1952, por Doña perfecta, y en 1954, por El niño y la niebla, y también fue nominada en 1951, por La casa chica, pero la perdió con María Félix.

Esos tiempos dorados también coronaron el talento de la mencionada Marga López, quien alcanzó a tener nueve nominaciones en su carrera, siete de ellas como Mejor Actriz. Ella ganó en total tres estatuillas, de las cuales dos fueron como estelar: En 1950, por Salón México; luego, en 1955, por La entrega.

Blanca Estela Pavón, por Cuando lloran los valientes (1948); Stella Inda, por El rebozo de Soledad (1953); Prudencia Grifell, por Una mujer de la calle (1956) y finalmente los dos premios de Silvia Pinal, por Locura pasional (1957) y La dulce enemiga (1958), fueron ganadoras antes de la suspensión de la ceremonia en 1958.

Luego de los casi 15 años de ausencia de la ceremonia, la nueva entrega reconoció a actrices consagradas. La primera de ellas fue Rita Macedo (actriz de Luis Buñuel, en Nazarín), ganó por el filme Tú, yo y nosotros (1972); luego tocó el turno a Katy Jurado, quien después de probar las mieles de Hollywood regresó a México para ganar el Ariel por el episodio de Caridad, segmento del largometraje Fe, esperanza y caridad.

A finales de esa década comenzó a dar de qué hablar la actriz María Rojo, primero por películas como El Apando (1977) y Las Poquianchis (1977), que le valieron su debut en nominaciones al Ariel. Fue un año más tarde cuando ganaría el primero de los tres galardones que tiene en su carrera por Naufragio (1978); ganó después por Lo que importa es vivir (1988) y luego por Rojo Amanecer (1991).

Los años 80 fueron difíciles en cuestión de calidad de las películas. Isela Vega, una de los sex symbols del cine mexicano, ha ganado tres Arieles y ha estado nominada a dos más. En 1972 la nominaron como mejor actriz por Las reglas del juego, en el 74 por Tráiganme la cabeza de Alfredo García, de Sam Peckinpah; pero fue hasta 1984 que ganó el primero y único en esta categoría por La viuda negra.

La hija de Charles Chaplin, Geraldine, fue nominada a un Ariel por su actuación en La viuda de Montiel en 1980; sin embargo, perdió con Norma Herrera, protagonista de Fuego en el mar. Por esos tiempos también triunfaron Ninón Sevilla por Noche de carnaval (1982) y Beatriz Sheridan por Confidencias (1983).

Ofelia Medina triunfó por su trabajo en Frida, naturaleza viva (1985); Patricia Reyes Spíndola ganó dos premios en esta categoría por Los motivos de Luz (1986), y una década después por La reina de la noche (1996); y Delia Casanova por Mentiras piadosas (1989). Blanca Guerra comenzó a encumbrar su carrera cuando ganó el premio en 1987 por El imperio de la fortuna. Un año más tarde también ganó por Días difíciles.

En los 90, a pesar de la crisis de producción, hubo una serie de actuaciones memorables que también recibieron la estatuilla: Regina Torné ganó por Como agua para chocolate (1992); Beatriz Aguirre por Los años de Greta (1993); Lucía Muñoz por Principio y fin (1994); Margarita Sanz por El callejón de los milagros (1995); Regina Orozco por Profundo carmesí (1997) y Leticia Huijara por Por si no te vuelvo a ver (1998).

En el nuevo milenio, la nueva oleada de jóvenes directores mostró sus inquietudes en todo tipo de géneros y propuestas cada vez más arriesgadas. Hubo triunfadoras como Ximena Ayala, por Perfume de violetas, nadie te oye (2001); Maya Zapata por De la calle (2002); Danny Perea por Temporada de patos (2005); y la actriz Irene Azuela, que ganó dos premios consecutivos en esta categoría, primero en 2008, por Quemar las naves, y luego en 2009 por Bajo la sal.

También en el nuevo milenio figura el premio obtenido por la española Maribel Verdú, en el 2007, por su participación en El laberinto del fauno. Los más recientes premios han sido obtenidos por Úrsula Pruneda (El sueño de Lú, 2013), Adriana Roel (No quiero dormir sola, 2014), Adriana Paz (La tirisia, 2015), Sofía Espinosa (Gloria, 2016), Verónica Langer (La caridad, 2017) y Karina Gidi (Los adioses, 2018).