
En San Bartolo Chico, Xochimilco, todo regresó a la normalidad. Las 15 casas de la calle Dalia, una de las más afectadas por el desbordamiento del Río San Buenaventura, ya fueron limpiadas: retiraron todo el lodo, ya no hay charcos y los muebles y electrodomésticos que se echaron a perder fueron tirados a la basura.
La mayoría de las viviendas estrenan refrigerador, estufa, lavadora y colchones.
“Apenas ayer vinieron trabajadores de la Secretaría de Desarrollo Social y del DIF a dejarnos lo esencial para vivir”, comentó José, quien en días pasados estuvo a punto de morir al ser arrastrado con todo y auto por las fuertes corrientes de agua sucia.
De acuerdo con los vecinos, las autoridades les entregaron a todos un refrigerador y una lavadora, mientras que la estufa y colchones solamente fueron otorgados a quienes cuentan con viviendas de un nivel.
El rostro de quienes viven a un costado del Río San Buenaventura es otro, pues el día de ayer todos reían, bromeaban y platicaban entre ellos.
Tomaban cualquier oportunidad para ponerse al tanto de lo que pasará o si las autoridades han dicho algo más.
“Se supone que vendrá Avelino Méndez (delegado de Xochimilco) para saber qué más necesitamos, pero aún no nos dicen cuándo”, comentó José.
En las calles el personal de la delegación continúa con el retiro de cualquier tipo de escombro y tierra, mientras que las retroexcavadoras terminaban de sacar las piedras y el lodo de los predios pegados al río.
La delegación Xochimilco informó que por el momento no se ha recibido notificación alguna por el Gobierno capitalino para la entrega de cheques o recursos para las zonas afectadas por las inundaciones, “nosotros sólo hemos ayudado a limpiar y a sacar la basura de las casas y calles”.
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