Opinión

Un cambio urgente de política económica

Un cambio urgente de política económica

Un cambio urgente de política económica

La Crónica de Hoy / La Crónica de Hoy

Esta semana, fue presentado un nuevo documento en el que se hace un llamado a un cambio urgente de la política económica de nuestro país, bajo un argumento incontrovertible: “ante una situación extraordinaria, se ha mantenido una política económica y social que fue diseñada para otras circunstancias y prioridades. Sin embargo… los niveles de empleo y de ingreso de la mayoría de la población se deterioraron abruptamente entre abril y mayo y los empleos que se han empezado a recuperar en junio han sido fundamentalmente informales”.

De acuerdo con el GNCD-UNAM, por 25 personalidades nacionales (Cuauhtémoc Cárdenas, Rolando Cordera, Fernando Cortés, Julia Carabias, Clara Jusidman, Leonardo Lomelí, enrique Provencio, Mario Luis Fuentes, Norma Samaniego, entre otros), hay dos ejes rectores sobre los cuales debería construirse la nueva política económica.

La primera consiste en adoptar una estrategia de emergencia para lo que resta de 2020 y para todo 2021. En este eje, se hace énfasis en la necesidad de proteger el empleo e ingreso, considerando dos cuestiones centrales: a) esperar una recuperación económica acelerada siguiendo la misma política económica vigente hasta ahora es poco razonable; y b) la recuperación sostenida difícilmente podrá ver sólo del consumo privado.

De esta forma, considerando el escenario mundial, y las tendencias nacionales de caída de la inversión pública y privada, lo urgente es impedir, sostiene el GNCD, “que persista el círculo vicioso de caídas en el empleo, el ingreso y la producción, que puede dar lugar a una depresión de larga duración”.

Desde esta perspectiva, al modificar la política económica a fin de robustecer las capacidades fiscales del Estado, así como modificar los criterios respecto de los márgenes de endeudamiento del país, habría que centrar los recursos adicionales en:

1.

Robustecer al sector salud.

2.

Apoyar directamente a los millones de familias afectadas por despidos o recorte en sus remuneraciones.

3.

Ayudar a las empresas privadas a preservar fuentes de trabajo con apoyos directos, además de créditos.

El segundo eje para construir una nueva política económica es iniciar un debate nacional para una reforma que modifique, ampliándolo, el espacio fiscal del Estado. Desde esta perspectiva, el recurso del endeudamiento se plantea como transitorio y circunscrito estrictamente a superar la emergencia presente.

Por ello, se hace énfasis también en la necesidad de modificar las coordenadas desde las que deberá pensarse el paquete económico del 2021, el cual debe partir de una reforma fiscal y hacendaria que permita detonar el crecimiento económico a mediano plazo.

Lo que plantea el GNCD es una reforma que permita nuevas rutas de crecimiento con inclusión y sostenibilidad. Tal como lo ha planteado en distintos documentos la CEPAL, este planteamiento permitiría una lógica de crecimiento igualador, partiendo de mecanismos que permitan igualar para crecer de manera sostenida.

Así, lo que debe comprenderse es la urgencia de repensar lo que se ha hecho hasta ahora, y que en 2019 ya había tenido efectos de crecimiento negativo; y que ante la semi parálisis económica impuesta por la pandemia, se ha profundizado hasta generar, en todas las perspectivas y proyecciones, un escenario de una caída de al menos 9.5% del PIB nacional.

La conclusión que ofrece el nuevo documento del GNCD es clara: “Mientras más tiempo pase sin que se reoriente la política económica, y en especial, las medidas de restricción al gasto público, más graves serán el deterioro económico y de las condiciones laborales, más intensa la profundización de la pobreza y la desigualdad, y más tardaremos en salir de esta grave situación.

Investigador del PUED-UNAM
www.mexicosocial.org