Metrópoli

¿Y tú, de verdad eres animalista?

Ser animalista es poner al mismo nivel de los humanos, el derecho que tiene el resto de los animales a vivir y a ser libre. No considera al animal humano superior en nada. Aplicaremos el término sobre todo a quien defiende los derechos de perros, gatos o animalitos considerados “sintientes” que pueden sufrir maltrato.

Cuatro perros muy lindos
Cuatro perros muy lindos Cuatro perros muy lindos (La Crónica de Hoy)

Aplicaremos el término sobre todo a quien defiende los derechos de perros, gatos o animalitos considerados “sintientes” que pueden sufrir maltrato.

Con el caso del perrito Rodolfo corazón hemos podido ver multitud de personas que se declaran animalistas y se han unido para protestar contra el hombre que mató a hachazos a este canito, personas que pueden o no pertenecer a alguna asociación animalista.

Sin embargo, el amor a los animales, defender los derechos de quienes no tienen voz no se manifiesta solamente en ir a gritar de indignación por el hecho atroz que alguien cometió en contra de Rodolfo; el enojo y la frustración no se manifiestan sólo al amparo de los medios de comunicación; ser animalista es actuar incluso sin que nadie te vea y que nadie se entere, en favor del bienestar de cualquier animalito; es tomar acción si los ves perdidos, protegerlos, resguardarlos si los ves en la calle sin comer, si ves que los maltratan o que están en riesgo.

El problema nos sobrepasa terriblemente, a pesar de que quieras ayudar a tantos animalitos sin hogar, lastimados o perdidos, a veces simplemente debes hacer de tripas corazón: ayudas a los que directamente llegan a ti, y esa ayuda implica justamente resguardar al canito o minino que hayas encontrado, llevarlo al veterinario para que lo chequen, alimentarlo, buscar que alguien lo adopte y hacer el seguimiento de la adopción o llevarlo a algún refugio.

Puedes ayudar a uno, dos tres, a los que vayas encontrando y no por eso es menor tu amor ni tu apoyo si lo comparas con alguna asociación en la que tienen cientos de perritos, es el granito de arena con el que podemos ayudar, pero implica amor, tiempo, dinero y esfuerzo, algo que no todos estamos dispuestos a dar.

Quizá muchos de nosotros nos hemos hecho “de la vista gorda” ante tantos perritos que vemos en la calle, sobre todo en algunas alcaldías, porque no puedes ayudar a todos, aunque quieras. Pero también conozco personas que, aunque no los puedan adoptar, tratan de resguardarlos, protegerlos y llevarlos al veterinario; para darlos en adopción los promueven en diversas páginas y hasta que encuentran un buen hogar, aun así, les dan seguimiento para ver que están en buenas condiciones y si no recogerlos y volver a empezar el proceso de adopción. A veces se encariñan tanto que ellos mismos los adoptan y así llegan a tener más de dos perritos o gatitos, como les ha pasado a mis familiares y amigos.

Unos con mucho, otros con menos, pero dicen que una gota de agua hace un mar y a pesar de que el abandono de perros en esta gran ciudad sigue siendo un grave problema, poco a poco se irá creando conciencia y si no, al menos, nos quedará la satisfacción de haber salvado de la calle a un peludito que estará alegrando a alguna afortunada familia.

En redes sociales abundan las asociaciones o los grupos de animalistas y justamente dicen algo muy cierto: no puedes adoptar, resguarda; no puedes resguardar, promueve apoya con alimento o cuidados; o simplemente comparte información, pero no te quedes indiferente.

Lo que no se vale es decir que eres animalista sólo porque vas a gritonear en un mitin para salir en los medios o, al calor de la indignación general, para “hacer bola”, mientras en la vida cotidiana no haces nada por defender a esos seres cuando lo necesitan de verdad. Nosotros somos su voz.

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