Iniciamos el nuevo año con una inflación que superó el 7 por ciento durante el pasado mes de diciembre, cifra que desde hace más de dos décadas no veíamos. Desde luego se ha tratado de un fenómeno mundial como consecuencia y resaca de la pandemia. Por lo tanto el panorama es bastante complicado para la frágil economía de nuestro país que apenas ha dado muestras de recuperación en los últimos meses. Y para el Banco de México, con nuevo liderazgo, el reto de controlar la inflación y los precios es colosal. El reto para la nueva directora, Victoria Rodríguez Ceja, no es menor; afortunadamente en este tema las decisiones se toman de conformidad con los cinco miembros de la junta de gobierno del banco en donde participan expertos de prestigio en manejo de política monetaria, reconocidos en el sector financiero.

La sociedad, sobre todo los menos favorecidos por su nivel de ingreso, son quienes más sufren las consecuencias de este fenómeno económico ya que una de las más sensibles es la pérdida del poder adquisitivo a causa del incremento generalizado de precios en aquellos bienes y servicios que usamos. Además de esta penosa circunstancia, un proceso inflacionario sin control, acarrea también necesariamente otro tipo de afectaciones que ponen de cabeza los fundamentos de toda economía sana.

Una de las pocas ventajas para países como el nuestro es que por tener una moneda cada vez con menor valor, las exportaciones se ven favorecidas y el país se vuelve más competitivo para otras economías; a la inversa, de la misma manera que la inflación favorece las exportaciones, afecta seriamente las importaciones ya que al comprar en países de monedas más fuertes, teniendo una moneda depreciada, los costos aumentan inevitablemente.

En el caso actual, el fenómeno inflacionario, como hemos dicho es mundial y en gran medida generado por la pandemia, de la cual aún no podemos salir.

Sin embargo, ante una situación tan complicada, un gobierno responsable deberá ajustar su gasto, cancelar obras y gastos innecesarios, vigilar que los precios no se desboquen y detener la tentación de imprimir más billetes o pedir nuevos préstamos. Es de reconocerse la labor responsable del actual gobierno así como la del banco central al aplicar una política económica austera, sin mayor endeudamiento aun cuándo se ha empreñado en llevar adelante proyectos inviables como la contra reforma eléctrica que provocaría la erogación de sumas millonarias por indemnizaciones, así como costos multimillonarios en inversiones que se concentrarían solamente en el sector público, con mínima participación privada.

No cabe duda que la coyuntura que se vivirá este principio de año, es más que propicia para rectificar en decisiones y políticas erróneas que entran en total contradicción con las tendencias mundiales en materia de desarrollo industrial y energético. El gobierno de la 4T tiene la palabra.

@fer_martinezg

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