Opinión

Absurdo que la 4T se adjudique la estrategia

Este fin de semana, jueves 16 y viernes17, se realizará la Convención Bancaria que organiza la Asociación de Bancos de México que dirige Daniel Becker, aspirante a comprar parte de los activos de Banamex, que puso en venta Citi. El evento dejó el bello puerto de Acapulco para trasladarse a Mérida, Yucatán, que coincide con algunos eventos macro económicos como la fuerte revaluación del peso y en contraparte las altas tasas de interés, que ha provocado un fuerte impacto inflacionario.

En este ambiente de apesadumbrado de la economía nacional, el Director General del Banco Internacional de Pagos, Agustín Carstens fue distinguido con el Premio de Economía Rey de España, reconocimiento que sólo había conseguido el exgobernador del Banco de México, Miguel Mancera Aguayo. En su discurso de aceptación del premio, que le fue entregado por el Rey de España Felipe II, hizo la narrativa que nos permite entender que la actual revaluación del peso no es cosa mágica y tampoco una labor de la 4T como muchos han querido adjudicarse.

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En economía no existen milagros. Los errores de pagan caro, como los absurdos controles de cambio, con lo que el gobierno de López Portillo buscó controlar la fuga de capitales, generada por una descomunal desconfianza en sus políticas económicas.

En ese ambiente, una nueva generación de economistas irrumpieron en la estrategia de la economía nacional. “tuvimos que evolucionar de políticas monetarias , cambiarias y bancarias basadas fundamentalmente en la determinación por la autoridad de los principales precios financieros de la economía –tipo de cambio y tasas de interés- a otras que gradualmente respetara la flexibilidad de dichos precios y su determinación por la oferta y demanda en mercados que había que terminar de desarrollar”.

Es aquí en donde se cimienta el peso más con vistas al mercado, que a las decisiones políticas. Esto duró de 1984 hasta ya entrados los 90s. La estrategia, consistente con el tiempo “fue sumamente exitosa , pues gracias a su implementación México es hoy uno de los países emergentes que cuentan con infraestructura de mercado más avanzada”, dice Carstens.

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Carstens da las claves para generar un peso flexible y competitivo. “Una de las características salientes de dichos mercados es que diariamente juzgan a las políticas implementadas y emiten un veredicto sobre si son creíbles o si requieren de afinación. El reto radica en tener la habilidad de extraer señales adecuadas del cúmulo de información que emiten cotidianamente los mercados”, es decir, una estrategia económica ortodoxa.

Junto con estos cambios en la estrategia macroeconómica en los últimos años de los 80s. y los primeros de los noventa México llevó a cabo muchas reformas estructurales: la autonomía del Banco de México, la apertura comercial, la desregulación de muchas actividades internas, la privatización de empresas públicas y de la banca, la creación de la autoridad de competencia económica, la apertura a la inversión extranjera, la renegociación de la deuda externa –bajo el llamado Plan Brady- .

“Uno hubiera pensado que, a la luz de las reformas mencionadas y en particular con un banco centra autónomo, México entraría por fin a una etapa prolongada de inflaciones bajas y estables. Lamentablemente tuvimos que pasar antes por una crisis más, la de 1997”.