Opinión

El contexto y el nearshoring: ¿Tesla en Nuevo León?

El lunes de esta semana el presidente invitó a las armadoras de automóviles y fabricantes de autopartes a instalar sus plantas industriales en el sureste mexicano en franca alusión a que en Nuevo León no hay suficiente agua para que se instalen en ese estado y dejando claro que la provisión de este líquido es materia federal y no habrá permisos en una región donde falta para el uso doméstico.

Tesla

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El gobernador Samuel García, que se había acercado a AMLO, recibió un balde de agua fría del presidente y las insinuaciones del regiomontano de que en pocos días habría un anuncio de una inversión cuantiosa en tierras norteñas se convirtieron en vanas señales de humo desde la próxima sede de Tesla en Austin, Texas, donde Elon Musk se la va a pensar dos veces antes de anunciar la construcción de una planta en México.

El nearshoring “es la estrategia de externalización por la que una empresa transfiere parte de su producción a terceros que, a pesar de ubicarse en otros países, están localizados en destinos cercanos y con una zona horaria semejante” (Thomson Reuters).

Esta estrategia para fortalecer las cadenas de valor, darles mayor certidumbre, disminuir el riesgo de ruptura y aumentar el control de los centros de toma de decisiones sobre las mismas explica que la calificadora Moody´s considere que los estados del norte y centro de México van a recibir mayor cantidad de inversión extranjera por su cercanía con el mercado más grande del mundo, su infraestructura instalada y las condiciones favorables del mercado laboral.

Las empresas transnacionales sólo invierten en un contexto de seguridad jurídica en la que agencias profesionalizadas determinan, con base a elementos científicos, objetivos y técnicos, las condiciones del desarrollo industrial de una región y con ello relegan a un segundo plano a los deseos del poder político. México, es una realidad, requiere mayor inversión en el sureste por su atraso y amplias brechas económicas y sociales, pero para atraerla no es suficiente una declaración política.

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El nearshoring es una oportunidad en términos geopolíticos en un momento muy particular en la historia en la que hay una clara confrontación entre dos potencias hegemónicas -Estados Unidos y China- y crear las condiciones económicas, jurídicas, políticas y sociales es tarea fundamental de los gobiernos, los actuales y los futuros, tanto en el ámbito federal como en el estatal y el municipal.

Son hechos evidentes en esta anécdota que no hay comunicación entre el presidente y el gobernador y que las estrategias para la atracción de inversión extranjera de la Federación y el estado de Nuevo León no están coordinadas. Lo anterior muestra que todavía hay mucho camino por andar en la generación de políticas públicas compartidas entre los niveles de gobierno para crear las condiciones para que las empresas trasnacionales transfieran parte de su producción a nuestro país.

El mejor aprovechamiento del nearshoring como oportunidad exige que haya un contexto social, económico y político que facilite la recepción de parte de la cadena de valor en la producción de bienes y servicios, que no se crea por generación espontánea. ¿Dónde hay mano de obra calificada? ¿Qué entidad federativa ofrece mayor certidumbre jurídica en la tenencia de la tierra? ¿Cuál región es menos conflictiva? ¿Dónde hay un tejido social no penetrado por los grupos delincuenciales o hay mayor confianza ciudadana en la autoridad politica?

Todo lo anterior es revisado en los proyectos de inversión directa extranjera y la toma de decisiones corporativas suele acompañarse de estudios de riesgos políticos y jurídicos y de dictámenes sobre la disponibilidad de recursos humano y naturales, así como sobre el desarrollo de la infraestructura pública y privada que garantice la dotación permanente, continua, accesible y razonable económicamente de servicios.

La reacción a las declaraciones del presidente fue inmediata. En Nuevo León, las cámaras industriales y de comercio desmintieron que no hubiera condiciones adecuadas para la instalación de la planta de Tesla en el estado y las autoridades de otros estados fronterizos, especialmente Chihuahua, alzaron la mano y ofrecieron su territorio para la recepción de la inversión extranjera.

Lo que se ha hecho evidente es que el nearshoring requiere de un arreglo institucional que ofrezca estabilidad política y certeza jurídica y que los competidores para atraer las inversiones son muchos dentro y fuera de México. Es cierto que los mexicanos tenemos ventajas comparativas, sobre todo los estados fronterizos, pero éstas se desaprovecharán si las empresas perciben que la autoridad se mueve por rencillas o banderías políticas. Al final de la historia, quien sufrirá la descoordinación gubernamental son los trabajadores de bajos ingresos que no tendrán fuentes de empleo que tienden a ofrecer mejores condiciones laborales.

Investigador del Instituto Mexicano de Estudios

Estratégicos de Seguridad y Defensa Nacionales

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