Opinión

Emergencias médicas en el aire

“Estimados pasajeros, si hay un doctor abordo favor de identificarse”. Esta frase la he escuchado en cinco ocasiones. En tres de ellas me identifiqué como tal y en otras dos preferí esperar un momento y, antes de que yo lo hiciera, otro colega tomó la responsabilidad. Nunca sabes que es lo que te va a tocar y lo peor es, cuando ya vas en el aire.

En dos de las tres ocasiones en que me identifiqué como médico, el avión aún no había despegado. Una de ellas fue en un vuelo de Cancún a la ciudad de México. La aeronave aún tenía la puerta abierta y al identificarme me pidieron acudir al frente del avión en el que me encontré con una mujer joven y un niño en los brazos. El capitán me preguntó: ¿nos podría decir que es lo que tiene el niño?, a lo que respondí: ¿este niño con varicela?, tiene varicela. Me dio pena con la mamá, porque debido a la alta contagiosidad de la varicela, está prohibido viajar cuando se tiene esta enfermedad, por lo que madre e hijo se tuvieron que quedar en Cancún mientras que yo, me gané un ascenso a primera clase.

Emergencias médicas en vuelos

Emergencias médicas en vuelos

Especial

En otra ocasión era un vuelo de la ciudad de México a Washington y antes de despegar me pidieron ver a un hombre de ciudadanía estadounidense, de edad avanzada, que la noche anterior había tenido un cuadro intenso de gastroenteritis y se percibía deshidratado. Lo encontré pálido, con las mucosas orales secas, con un poco de taquicardia y la presión arterial normal, pero para su edad, me pareció que estaba baja. Pensé que si continuaba deshidratado durante el viaje corría el riesgo de presentar un problema coronario, un infarto, por ejemplo, por lo que no sería conveniente que viajara en esas condiciones y, con mucha pena, lo bajaron del avión.

La tercera ocasión fue la única que me tocó ya en el aire y afortunadamente no era nada grave. Una de las auxiliares de vuelo tenía mucho dolor por un síndrome premenstrual y querían saber que podía tomar. Una de las ocasiones en que otro colega se identificó antes que yo, fue en un vuelo de Cancún a la ciudad de México en el que ocurrió una crisis epiléptica en una niña de 15 años que no pasó a mayores.

Es difícil conocer con precisión la frecuencia de emergencias médicas en aviones comerciales, porque no hay obligación de reportar estos eventos. Un estudio publicado en el New England Journal of Medicine en 2013, estimó que ocurre una emergencia por cada 604 vuelos. Con esto, si consideramos que hay alrededor de 130 mil vuelos comerciales al día, esto da un aproximado de 215 emergencias diarias en el aire. De 11,920 emergencias registradas, fue necesario aterrizar de emergencia, para atender al paciente en 875 casos (7 %), fueron trasladados a un hospital 2,804 (23 %), admitidos en emergencias 901 (7.5 %), y fallecieron 16 (0.1 %). De las 11,920 emergencias, las causas fueron síncope o pre-síncope (37 %), síntomas respiratorios (12 %), náusea o vómito (9.5 %), síntomas cardíacos (7.7 %), convulsiones (5.8 %) y diversas en los demás.

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Las emergencias pueden ser desde asuntos menores, como ataques de pánico, náusea o vómito, síncope o un ataque epiléptico, o bien, serios como un infarto cerebral o del miocardio, o una crisis epiléptica continua (status epilepticus), que requieren de atención médica de inmediato, por lo que el capitán depende del médico para decidir la necesidad de aterrizar el avión. Esto es de particular importancia en los vuelos transatlánticos, ya que después de cierto punto, pasarán varias horas antes de poder aterrizar en algún lugar. Una ventaja de ser médico es que siempre que vueles, habrá un médico abordo.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM