Si Facebook fuera un país, por su número de cuentahabientes sería el tercero más grande del mundo y uno con mucho, tal vez demasiado poder. Y en ese mundo de 2 mil 800 millones de personas vivimos nosotros. Cuando se apagó vimos qué necesaria, pero también qué innecesaria esa plataforma social es.

Facebook, que nació en un dormitorio de la Universidad de Harvard hace 17 años ha hecho mucho bien. Es una fuente de noticias y entretenimiento. Es un lugar donde se puede promover un negocio, confirmar que los seres queridos están bien, sobre todo en casos de desastres o crisis. Y lo más importante, Facebook ha hecho del mundo un lugar más pequeño, donde podemos estar en contacto con amigos y familia de una manera que antes no era posible.

Pero Facebook tiene su lado negativo y sus problemas, algunos bastante serios. Para empezar, nos ha cambiado por completo el concepto de privacidad y provee a racistas, mentirosos y machistas de una plataforma donde expresar su odio y su ignorancia. Y lo más grave, ha contribuido a dañar sistemas democráticos y ha dado lugar a una gran desinformación global.

El principal problema y fortuna de Facebook es su gran número de usuarios, ya que 35.6 por ciento de la población mundial tiene una cuenta. Tan solo en Estados Unidos son 240 millones de personas, es decir, el 72 por ciento de la población. En México son 78 millones quienes lo usan regularmente, más de la mitad, mientras que el lugar con más cuentahabientes es India, con 340 millones. Combinados con sus redes hermanas -Instagram y WhatsApp—, Facebook tiene al 81 por ciento de la humanidad y más poder que cualquier líder religioso o político.

Otro problema es que muchos de sus seguidores no aportan nada positivo ni cultural al sitio. Un sitio virtual que hace unos días ya vimos que no es invencible. No solo se paralizó, sino que una exempleada, Frances Haugen, reveló lo que hace mucho se temía: que la multimillonaria compañía de Mark Zuckerberg está causando inmenso daño a la sociedad y que tan solo en 2016 intentó manipular el referéndum del Brexit y las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

Documentos que Haugen robó demuestran que Instagram, con sus fotografías de cuerpos perfectos, está causando gran daño a las adolescentes y que abundan la desinformación sobre la COVID-19 y las vacunas. Pero la juventud se está alejando de Facebook en un éxodo que para 2023 será del 45 por ciento. El brutal veredicto de los jóvenes es que es “ya solo gente vieja está ahí” y optan por plataformas rivales como Snapchat o TikTok.

Facebook va en declive pero todavía es una de las empresas con más influencia en la historia del mundo por su habilidad de moldear la política y la cultura en todo el planeta. Sin embargo, tarde o temprano, si no desaparece, disminuirá. Lo vimos con los gigantes del tabaco, que tenían adicta a los cigarrillos a más de la mitad de la humanidad.

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