Opinión

El fraude masivo: Megacable Guadalajara

Megacable promocionó la migración a fibra óptica con mayor velocidad y servicio de triple pack desde 450 pesos y de internet y teléfono desde 350 pesos. Con esta estrategia pretende duplicar su tamaño y llegar a nuevas localidades. Un plan muy ambicioso con cuantiosas inversiones ($450 millones de dólares anuales en 2020 y 2021), según su presidente Raymundo Fernando Pendones, en una entrevista que concedió a BNaméricas en marzo de 2022. Lamentablemente, en este proyecto los intereses y derechos de sus clientes son pisoteados.

Megacable busca ocupar un espacio significativo en el llamado triple play que incluye una línea telefónica, un sistema de televisión de paga, con canales nacionales y extranjeros, así como Internet de banda ancha. Este tipo de paquetes, en principio, debieran tener un costo menor en comparación al precio que los usuarios pagarían por tener estos servicios en diferentes compañías.

Megacable

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La situación tecnológica de Megacable lo hacía ser un mal competidor en el triple play y para suplir esta deficiencia comenzó un plan de migración a fibra y a la búsqueda de alianzas estratégicas con otros competidores, ofreciendo su penetración en mercados regionales como la zona metropolitana de Guadalajara con la televisión de paga.

La apuesta para crecer al doble requería de dos condiciones: a) que los clientes en las zonas residenciales que contrataran sus servicios decidieran elegirlos a ellos como proveedores del doble o tripe servicio cuando se sustituyera el cable coaxial por la fibra óptica, es decir, conservar el mercado y b) captar nuevos clientes con paquetes atractivos frente a la competencia más agresiva de Telecable y Telmex, pero el escenario es complicado si se considera que Megacable es la única empresa que subió sus precios dos veces en 2022. Además, la apuesta parece perdida si consideramos que la Procuraduría Federal del Consumidor anunció una acción colectiva en su contra por que es la empresa de telecomunicaciones con más quejas por cada millón de suscriptores.

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¿Cuál es la estrategia de Megacable? Una que no respeta los derechos de los usuarios. Primero, instruye a sus trabajadores que sustituyan la instalación de cable coaxial por la fibra óptica, quienes proceden al cambio sin proporcionarle informacion alguna al cliente. Segundo, engaña al afectado y previo al cambio a fibra óptica no proporciona ninguna información sobre el posible costo de este beneficio. Tercero, ante la falta de información, el cliente acude a las oficinas administrativas y se encuentra con la sorpresa de que la empresa modifica unilateralmente las condiciones de la contratación y eleva el costo por el nuevo servicio en forma diferida.

Esta estrategia tiene dos inconvenientes para el usuario: a) recibe un servicio de internet no solicitado, que posiblemente tiene contratado con otra compañía por las limitantes de Megacable y se duplica y b) aumenta su pago por los servicios de telecomunicaciones sin que haya consentimiento alguno para la contratación de un servicio no solicitado.

Esto es un fraude masivo a los usuarios cautivos de Megacable a quienes se les orilla a aceptar el “nuevo proveedor” de doble o triple play a un precio mayor al ofertado para los nuevos clientes o se les invita a la cancelación del servicio con el costo en tiempo y trámites burocráticos.

En la zona metropolitana de Guadalajara, un servicio de 400 pasa a 800 pesos, eso sí en forma diferida -graciosa concesión- más el pago que se hace a la empresa que prestaba los servicios de internet de banda ancha y telefonía que se tenían contratados con anterioridad, porque antes de la fibra óptica no era factible el triple play de calidad para quien era suscriptor de Megacable. El pago aumenta en un 50%.

En estas condiciones, se viola el derecho a elección de proveedor de servicios de telecomunicaciones cuando se vincula la migración a la fibra óptica con la incorporación no solicitada por el cliente a un doble o triple play más caro; se pisotean los derechos del usuario al cambiar unilateral y arbitrariamente el acuerdo de voluntades; y se afecta los principios de la libre competencia entre los proveedores de servicios de telecomunicaciones con este tipo de práctica en las que el usuario es visto como una propiedad, un objeto de Megacable para sus fines de ampliar su participación en el mercado.

La cara que ofrece Megacable en sus oficinas de atención al público es de un enorme cinismo cuando le dice al usuario que no le queda otra que aceptar el aviso del aumento del costo del servicio y la incorporación forzosa al mismo o cancelarlo. Un fraude masivo que da suficientes elementos para una acción colectiva de la PROFECO. ¿Hará algo la autoridad? Mientras tanto los usuarios quedan a expensas de estos empresarios ambiciosos que quieren cobrarle al usuario sus cuantiosas inversiones. La codicia desatada. Vale.

Investigador Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores

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