Opinión

Gana la vieja política

Cuando cerraron las urnas, las dos candidatas en el Estado de México se declararon ganadoras. Una de ellas mintió y no tardaría mucho en saberse quién fue. Esa triste costumbre de una clase política que apuesta a las apariencias, inclusive cuando hay hechos palmarios, se repite en todos los partidos.

La encuesta de salida de El Financiero encontró que la morenista Delfina Gómez tenía una ventaja de más de 18 puntos. Massive Caller dijo que ganó Gómez, pero con diferencia de 7 puntos. En Coahuila, como se anticipaba, triunfó el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, Manolo Jiménez. Armando Guadiana reconoció que los resultados no lo favorecían.

Delfina Gómez se declaró vencedora de la elección a gobernadora del Estado de México.

Delfina Gómez se declaró vencedora de la elección a gobernadora del Estado de México.

EFE

La confrontación esperada y crucial fue en el Estado de México. Morena difundió encuestas falsas para crear la sensación de que la diferencia entre las dos candidatas era muy amplia. Ya durante la jornada electoral, sin que fuesen en extremo graves, hubo una significativa cadena de infracciones a la legalidad.

Por la mañana, en Jocotitlán, fue detenido el alcalde de Chucándiro, Michoacán, Iván López Colín. Llevaba varias armas de fuego y medio millón de pesos. Acompañado de al menos un guardaespaldas y de otros funcionarios de Michoacán, repartía propaganda de Morena. En Cuautitlán Izcalli, el ex alcalde Ricardo Núñez fue detenido acusado de hacer propaganda. También en Cuautitlán, seis personas fueron detenidas cuando llamaban a votar por Morena; cargaban copias de las listas nominales. En Tecámac dos mujeres fueron detenidas, y una más en Los Reyes, cuando ofrecían dinero a cambio de votos por Morena. En Tlalnepantla, tres empleados de la alcaldía Gustavo A. Madero repartían volantes a favor de Delfina Gómez. En varios municipios circularon pequeños volantes con un código QR para que la gente enviara a un servidor remoto la fotografía de su voto por Morena.

Esos fraudes pudieron ser señalados y difundidos. Nadie sabe cuántos más no fueron denunciados. Lo que sí se puede decir es que, en todos esos incidentes, se buscaba respaldar a Delfina Gómez y a su partido. Muy posiblemente, la candidata de Morena habría tenido una votación alta sin tales ardides. Pero los operadores de ese partido, acicateados por las exigencias de Palacio Nacional, no tienen reparos para hacer trampa. Las acusaciones contra la campaña de Alejandra del Moral parecían menos inquietantes: el coordinador de la campaña de Morena, Horacio Duarte, se quejó porque en varios sitios había policías que “intimidaban” a los votantes. En todo caso morenistas y aliancistas, a favor de Gómez o Del Moral, tuvieron confianza en el sufragio.

Las elecciones en Edomex y Coahuila fueron la última escala antes de las grandes decisiones políticas rumbo a la votación del 2 de junio de 2024. Morena definirá el procedimiento que avalará la voluntad del Presidente de la República y los aspirantes a quienes no beneficie esa decisión mostrarán si confunden la disciplina con la ignominia.

En Morena el método es accesorio: todos saben que la decisión no será en urnas, ni por encuesta, sino en la autocrática soledad de Palacio Nacional. En cambio, para las oposiciones la decisión sobre el candidato presidencial requiere que haya mecanismo claro, flexibilidad partidaria e inteligencia política. En ese asunto, los partidos de la alianza PAN-PRI-PRD no han mostrado ninguno de tales atributos.

Morena, si se refrenda su triunfo en la entidad con más votantes en el país, confirmará la eficacia de su táctica electoral: propaganda oficial sin límites promovida antes que nada por el presidente López Obrador, programas sociales utilizados con focalizados criterios clientelares, obsequios y amagos (según sea el caso) a los votantes, oídos sordos a esa creencia de que la ley es la ley. En el Edomex, además, el PRI cosecha el disgusto ciudadano ante un gobierno anodino que no resolvió ninguna carencia esencial.

Para los partidos en la oposición nacional una derrota en el Estado de México, sobre todo si al terminar el cómputo de votos resulta que fue por margen amplio, dificultará la cohesión rumbo a la elección presidencial pero, al mismo tiempo, subrayaría que ese compromiso unitario es más necesario que nunca. Esa oposición no ha sabido abrevar en el entusiasmo cívico de la sociedad organizada, para crear una política distinta a la tradicional. Un resultado adverso en el Estado de México puede acentuar las tendencias a la polarización dentro de la alianza opositora. En vez de proponerles una opción confiable a los ciudadanos que se han desencantado de López Obrador, las oposiciones pueden cometer el error de ahuyentarlos con una candidatura estridente. De esa manera contribuirían al éxito de Morena dentro de un año.

ALACENA: Ciudadano Sheridan

Con ese encabezado, Letras Libres de junio dedica la portada y 21 de sus páginas a reconocer el trabajo de Guillermo Sheridan: “Autoridad en la poesía del siglo XX, afilado biógrafo de Octavio Paz y Ramón López Velarde, novelista y guionista”. Sheridan ha sido historiador de nuestras letras y agudo cronista de las vicisitudes culturales y públicas en México. Su defensa de la integridad intelectual lo ha llevado a documentar y denunciar, entre otros, los plagios que cometieron el fiscal general Alejandro Gertz Manero en varios de sus libros y la ministra Yasmín Esquivel en su tesis de licenciatura.

El servicio que Sheridan le ha hecho a nuestra sociedad al develar tales imposturas subraya su condición de ciudadano responsable y crítico, pero deja a un lado su enorme trayectoria en el análisis y la creación literaria. Por eso es más que pertinente el homenaje de Letras Libres que incluye un ensayo del propio Sheridan sobre la musa que se fraguó López Velarde y, por otra parte, reproduce fragmentos de una novela que hoy parece anticipatoria, El dedo de oro. Malva Flores escribe acerca de Sheridan como autor e investigador de revistas culturales, Fernando García Ramírez sobre la ciudadanía crítica de ese autor y Rogelio Villarreal comenta al cronista y personaje intelectual. Esas páginas de Letras Libres son reconocimiento pero además, plausible expresión de solidaridad con Guillermo Sheridan.