Opinión

La Guardia Nacional regresa a su origen

La decisión de la SCJN de considerar inconstitucional el paso de la Guardia Nacional al Ejército acepta el calificativo de histórica. Es una muestra de las bondades de la división de poderes que es pilar de la democracia mexicana, siempre bajo acecho.

Elementos de la Guardia Nacional en el Puerto de Acapulco

Elementos de la Guardia Nacional en el Puerto de Acapulco

Cuartoscuro

A pesar de que el texto constitucional es cristalino y la decisión, por lo tanto, era lógica, lo cierto es que las circunstancias que rodearon la votación, sobre todo la acometida política, hacía impredecible el resultado.

Tres ministros, que se sienten obligados a acatar instrucciones de Palacio, aunque tengan que hacer malabares discursivos, votaron en contra, pero como ocho lo hicieron a favor, el traspaso se detuvo.

Quienes tomaron la decisión pensaron que presentar a la Suprema Corte hechos consumados haría casi imposible que recordaran el texto constitucional, pero se equivocaron. Es seguro que lanzarán la jauría electrónica en contra de los ministros que hicieron su trabajo.

La Guardia Nacional está en proceso de consolidación. Todavía falta mucho para que su presencia sea garantía de paz para la sociedad. Seguirá su camino desde la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de donde nunca debió salir.

González Casanova

La muerte del sociólogo Pablo González Casanova causó hondo pesar en la comunidad universitaria. Fue director de la entonces Escuela Nacional de Ciencias Políticas, también rector de la UNAM y principal animador del Instituto de Investigaciones Sociales de esa casa de estudios.

Fue reconocido con un científico social de élite, acaso el más relevante del país. Es autor del clásico “La democracia en México”, texto clave en la formación de miles de estudiantes universitarios en todo el país.

Hombre de vanguardia, baluarte del pensamiento crítico, recibió con beneplácito la irrupción del EZLN y mostró inquebrantable solidaridad con las luchas de los trabajadores. Descanse en paz

Científicos, con la ley de su lado

La ofensiva de la dirección del Conacyt contra la comunidad científica del país volvió a toparse con la ley.

María Elena Álvarez-Buylla dejará un legado de agresión injustificada y de torpeza jurídica. Haber acusado a un grupo de científicos de delincuencia organizada fue un desplante abyecto propio del ajuste de cuentas, no del combate a la corrupción.

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La comunidad científica, indignada, se ubicó en las antípodas de la 4T que por alguna razón todavía desconocida decidió alejarse de las mejores mentes del país y ubicar a los generadores de conocimiento en el elenco de sus enemigos.

Aunque ya falta menos para que la gestión de Álvarez-Buylla termine, todavía tiene algo de tiempo para nuevas tropelías. No se puede bajar la guardia.

Comparaciones dolorosas

¿Es necesario cambiar la estrategia de seguridad? Usted diga.

De enero a marzo de este año, en solo tres meses, se registraron en el país 7 mil 485 homicidios. Una matanza diabólica.

En Japón, que tiene un número de habitantes similar al de México, hay profunda preocupación porque el año pasado se registraron allá 853 homicidios. Están alarmados. Aquí llegamos, en el mismo periodo, a 30 mil 968. Las comparaciones son odiosas, es verdad, pero también dolorosas.

Cada vez son más las voces, incluso de morenistas, que exigen una revisión de la estrategia porque es evidente que entrega malos resultados. Demandar un cambio en materia de seguridad no es un pecado político.