Opinión

Instructivo para simular

La cita proviene de su “Vidas de los poetas” y él, es autor del primer diccionario de la lengua inglesa. Hablo de Samuel Johnson (“el Doctor”) quien nos advirtió desde el siglo XVIII: “la ignorancia voluntaria es criminal y un hombre debe ser acusado de ese mal que descuidó o se negó a prevenir”.

Se refería a esa particular responsabilidad que todos tenemos -que las autoridades públicas tienen, especialmente- para no dejar pasar, no ignorar lo que sucede, no fingir ni voltear a otro lado, cuando se verifica un hecho ilegal, uno que se sale del perímetro constitucional.

Por desgracia, eso es lo que está pasando en el Instituto Nacional Electoral: la Comisión de Quejas y Denuncias, decidió ignorar voluntariamente que el partido Morena está en plena campaña electoral, adelantando sus actos de proselitismo muchos meses antes del fin de noviembre (como marca la ley) y echando a correr seis procesos paralelos por toda la república: el señor Adán Augusto allá, en Jalisco; la señora Sheinbaum en Oaxaca; Marcelo Ebrard en la Ciudad de México; Monreal el alguna iglesia; Velasco en Chiapas y Noroña también en Oaxaca.

Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard

Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard

Cuartoscuro

Pilotados por el Presidente de la República (explícito artífice de esa jugada inconstitucional) los seis personajes se arriesgan, rezando para que la autoridad electoral no haga lo que debe… y parece que lo están logrando.

Renunciar con bombo y platillo a sus importantes cargos; recorrer el país; desplegar propaganda personal en bardas, camiones, espectaculares, redes sociales; darse a conocer en foros tan diferentes como universidades o comunidades indígenas; formular propuestas propias de un mandatario federal, todo eso, no es precampaña, según señala el documento de “tutela preventiva” emitido por la Comisión del INE.

Lo importante -dicen- no es lo que realmente hacen, no es lo que realmente están buscando (una candidatura) sino lo que no pueden decir: que es precampaña, que disputan la “presidencia”, “vota, voto”, no pueden presentar plataformas, no deben realizar “manifestaciones explícitas o inequívocas respecto a una finalidad electoral”, o sea, no se vale llamar a las cosas por su nombre. Como apuntaba Raúl Trejo en estas páginas ayer, lo que la Comisión de Quejas ha emitido, es en realidad un instructivo para simular.

Para que la patraña se consuma, los gastos de todo esto serán contabilizados como “ordinarios” y no como lo que son: gasto electoral, lo que cierra el círculo de irrealidad, pues concluido el ejercicio se dirá que aquí no hubo precampaña y por tanto -señoras y señores- no hay nada que contabilizar.

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No sé que ánimos o que cálculos sobrevuelan en el INE, pero creo que están protagonizando ese síndrome que Brian Klass ha denominado “ignorancia deliberada”, cerrar los ojos ante las violaciones flagrantes a la ley o a la constitución, dejar que el abuso o la arbitrariedad del poder ocurra, síntoma que se ha convertido en una de las mayores amenazas para nuestras frágiles democracias.

El riesgo que corre el INE no es el de aparecer como un organismo incapaz de ver lo que todos los demás estamos viendo, sino que está renunciando -antes de comenzar- a ejercer su autoridad y a gobernar el proceso electoral.