Opinión

Nostalgia política

La 4T es un movimiento político vintage. Está atrapado en las formas de hacer política que estaban de moda el siglo pasado, comenzando por la figura de un presidente-tlatoani, todopoderoso, y siguiendo con concentraciones políticas como la de esta tarde, sin más razón de ser que renovar el pacto de obediencia al jefe de la tribu.

Todavía ayer por la por la tarde, los operadores políticos más diestros del régimen alistaban el traslado de contingentes desde diferentes puntos de la República con tal de agradar al mandatario y estar en su mente a la hora de las “encuestas”. No se escatima en gastos.

Foto: Especial

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Un zócalo desbordado de gente sin cubrebocas, dándole a las cumbias, es la imagen del éxito, señal de que el movimiento tiene cuerda.

Los personajes a seguir son el destapador y las corcholatas: o sea el presidente y los tres o cuatro aspirantes con posibilidades reales para sucederlo en Palacio Nacional. Se evaluarán guiños, gestos, palmadas y, claro, el aplausómetro, que suele reflejar los intereses de los patrocinadores más generosos, justo como hace siete décadas.

Para no perder el nombre

Para evitar el peligro de dejar de llamarse Andrés Manuel, el presidente alista el nombramiento de un militar para dirigir a Birmex, la entidad encargada de la distribución de medicamentos.

El presidente demandó que no haya más pretextos y que los medicamentos lleguen a quienes los necesitan, pues dijo que si hay papitas y refrescos en todos lados por qué no habrá medicamentos.

Los que saben dirán que no es lo mismo, pero el presidente está decidido a encomendar esta tarea también al Ejército, incluso ya comenzó a manejarse el nombre del general en retiro Pedro Lohmann para asumir la dirección de Birmex. La misma versión sostiene que el actual director de la empresa pasará a la dirección del ISSSTE.

De no ser Lohmann podría ser otro general en retiro, Víctor Manuel Rico, pero lo importante es que va en serio la voluntad del presidente de darle una chamba más al Ejército.

Falsa unanimidad

No hubo tal unanimidad en la ratificación de José Romero como director del CIDE. La Secretaría de Energía, según versiones periodísticas, también se manifestó en contra.

Esto porque la directora del Conacyt, María Elena Álvarez, habló de unanimidad en el nombramiento, pero no.

La ratificación de Romero Tellaeche fue asumida como una provocación por la comunidad estudiantil que detonó movilizaciones sin antecedente en el Centro de Investigación y Docencia Económica.

Si el objetivo de la estrategia era dividir a la comunidad de esa casa de estudios, con una historia de más de 45 años, y agudizar un conflicto en lugar de tratar de solucionarlo, se está cumpliendo con creces.

La bandera y la serpiente

Acaso lo de la bandera mexicana modificada para halagar a Evelyn Salgado fue un gesto amable de artesanos guerrerenses que no conocían las disposiciones de la Ley sobre el escudo, la bandera y el himno nacionales.

Pero la gobernadora, o al menos alguien de su equipo, deben estar al tanto de que las modificaciones, en este caso convertir la serpiente en la S de Salgado, están prohibidas.

La gobernadora puede ser sancionada por usar esa bandera en un evento oficial. Si le gusta, que la ponga en su casa y no hay problema.

Un acto ilegal no se vuelve legal porque lo haya cometido el pueblo bueno. Con todo, el error principal fue que el papá de la gobernadora, El Toro sin Cerca, no se aguantara las ganas de salir a defender a su hija, como si fuera una niña ingenua y no la gobernadora del estado de Guerrero.