Opinión

Los sismos políticos

Hay sismos surgidos de los movimientos inesperados de la tierra que liberan de pronto energía acumulada por un largo tiempo. Casi siempre son imperceptibles. Pero cuando una de las placas se mueve bruscamente contra otra se producen terremotos. Los mismo ocurre con la ansias de poder de algunos que hasta quieren cambiar la geopolítica. Como Vladimir Putin y su invasión a Ucrania. Ahora, que se da cuenta de la aguerrida y valiente respuesta de los ucranios, anuncia “movilización parcial” de reservistas para enviarlos a la guerra que él, Putin, inició. Sin embargo, la reacción de la población masculina de Rusia es salir de su país, tanto así que se agotaron los vuelos por el momento.

El presidente ruso, Vladimir Putin

El presidente ruso, Vladimir Putin

EFE

En todos lados ocurren choques súbitos y violentos, además de los acomodos terrestres. Giorgia Meloni, una mujer ultraderechista líder de los Hermanos de Italia, que despierta simpatías entre muchos de sus compatriotas que la apoyan para que se convierta en la Primera Ministra de Italia, preocupa a Europa. Se trata de una neo fascista, solo estudio el bachillerato y está totalmente en contra del aborto, del matrimonio LGBT+, de la ideología de género, de la eutanasia, no quiere inmigrantes, para conseguirlo detendría barcos y mandaría construir muros fronterizos. Prohibiría la presencia en Italia de musulmanes, no aceptaría la legalización de ninguna droga, aprobaría la castración para violadores y pedófilos y, además, desea, a toda costa, una mayor independencia de Italia en las decisiones de la Unión Europea (datos tomados de Milenio, 21 de septiembre, 2022).

¿Por qué la favorecen tantos italianos, si es como la versión contemporánea de Mussolini? Si tomara el poder resultaría muy peligroso y lo mismo ocurriría con Marine Le Pen en Francia.

¿Qué pasa en el mundo? De pronto sucede lo inesperado, como cuando nos sorprende un terremoto. Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, que declaraba que estaba en contra de la reelección, ahora la buscará. Ricardo Valencia, profesor de la Universidad Estatal de California en Fullerton escribió para el Washington Post que con eso recrea la vieja historia del caudillo latinoamericano “que acumula poder, busca eliminar a la oposición y usa los recursos del Estado para beneficiarse. Lo diferente en Bukele es su tonalidad camaleónica: en su carrera política lo mismo ha sido izquierdista radical que anticomunista” (19 de septiembre,2022). Los dioses de la todas las religiones y de todas las culturas nos libren de que nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, nos haga una jugada semejante.

En México, donde sucedió, por tercera vez, un terremoto el 19 de septiembre y en las últimas dos veces poco después de un magno simulacro de sismo para aleccionar a la población de cómo comportarse durante un temblor, percibimos todos los movimientos “telúricos” de Morena, el partido en el poder, para que pase en el pleno de la cámara de senadores la propuesta de que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa.

El secretario de Gobernación, Adán Augusto López (que manía con los dos nombres tienen él y el presidente López Obrador) ha sido el factótum para convencer a personajes de la oposición de unirse a los planteamientos de Morena, como en el caso de Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, presidente del PRI, que tiene cola que le pisen por enriquecimiento ilícito, como exhibió la estrafalaria gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en no pocas ocasiones. Alito, viéndose expuesto, ha optado por apoyar a AMLO y a su partido en la extraña decisión de que la Guardia Nacional se militarice. De lo contrario, se enfrentaría con las acusaciones de las que es objeto. Así vimos una fotografía en la que Adan Augusto se dirigió a la curul de Alito en la Cámara de diputados, lo abrazó y, seguramente, lo coaccionó allí mismo para votar por la inclusión de la Guardia Nacional en la Sedena.

¡Ah, la arrogancia del poder! Los movimientos telúricos se aprecian con claridad. López Obrador y su Partido son una aplanadora. El martes el otrora senador panista Raúl Paz Alonzo, ávido opositor de la militarización de la Guardia Nacional y fiel a su partido por varios años, se mudó a Morena, así nomás, parecería, pero resulta que le propusieron candidatearlo para el gobierno de Yucatán. Mientras tanto, contarán con él en las filas de los que favorecerán las iniciativas de Morena. Paz Alonzo es renegado del Partido Acción Nacional, cooptado por la mano negra del Movimiento de Regeneración Nacional, directamente, según parece, por Mario Delgado, presidente del Partido, quien le dio la bienvenida con efusividad y se le adelantó al presidente del grupo parlamentario de Morena, el senador Ricardo Monreal, quien quiere caerle de nuevo bien a Andrés Manuel y desea, como Marcelo Ebrard, el canciller, convertirse en el “tapado”, aunque, según las apuestas, el acomodo de dos terceras partes de las posiciones en el tercer Congreso de Morena beneficiarán a la jefa de gobierno, Claudia Sheimbaum (¡qué largo párrafo!)

¿Morena es como era el PRI en sus muchos años de poder absoluto? No realmente, Morena no se apega de ninguna manera a la institucionalidad. No son lo mismo. Mueven las situaciones a su antojo y sin el más mínimo decoro.

Por lo pronto, el verticalismo de Morena y del gobierno parece imbatible, va a la cargada. La tarde del miércoles 21 es decisiva. ¿Podrá la oposición detener la Reforma del paso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa y mantenerse en las calles hasta 2028?

Son las 17 horas con 53 minutos del miércoles 21. Busco en la últimas noticas a ver si hay resultados. ¡Los hay, ganó la oposición! Se frenó en el Senado el dictamen de las Fuerzas Armadas. Según entiendo, se canceló la votación de la minuta enviada por la Cámara de Diputados, debido a que no se alcanzó en el Senado la mayoría calificada. Por tratarse de una reforma constitucional, explica el Excélsior en sus noticias de hace un rato, el dictamen quedará anulado. Choque de placas tectónicas en la política mexicana.