Opinión

Vigilancia vs. intervención en cáncer de próstata

La próstata es una glándula masculina localizada debajo de la vejiga urinaria y tiene la función, junto con las vesículas seminales y los testículos de producir el semen, con la calidad necesaria para que los espermatozoides estén en el ambiente propicio para llevar a cabo su función reproductora. La próstata tiene tres lóbulos, dos laterales que rodean a la uretra (conducto por donde viaja la orina de la vejiga hacia afuera) y uno posterior. Esta glándula se puede infectar, condición que llamamos prostatitis. Puede crecer en forma benigna y obstruir la uretra, lo que trae una serie de complicaciones urinarias y renales a hombres en la tercera década de la vida. En El Amor en los Tiempos del Cólera, Gabriel García Márquez describió en forma excepcional el prostatismo cuando, refiriéndose al Dr. Juvenal Urbino dijo: “su manantial de joven no solo fue decayendo, sino que se hizo oblicuo, se ramificaba y se volvió por fin una fuente de fantasía imposible de dirigir, a pesar de los muchos esfuerzos que él hacía por enderezarlo”.

La próstata también genera el cáncer más frecuente en hombres. Es interesante que tanto en hombres como en mujeres, los cánceres más frecuentes son los que ocurren en los órganos reproductores, en la edad en que ya no son necesarios, como si la selección natural nos estuviera diciendo: “ya te sirvieron para reproducirte, ahora se malignizan y ya te vas”.

El cáncer de próstata es curable si es detectado en etapa temprana, para lo cual es necesario acudir cada año a revisión médica

El cáncer de próstata 

Especial

Dada la necesidad de detectar tempranamente el cáncer de próstata, para poder curarlo, hace algunas décadas se empezó a utilizar la determinación del antígeno prostático específico en sangre, en hombres mayores de 50 años. Sin embargo, ha resultado tan sensible que permite detectar cánceres en etapas muy tempranas, en las que no se sabe con precisión que hacer. Pero, nadie quiere saber que trae un cáncer adentro y no se lo quitan. El problema de la cirugía para extirpar la próstata con cáncer, sin embargo, es que es muy amplia, con los riesgos que esto significa y, puede dejar como consecuencia trastornos urinarios o disfunción eréctil en el paciente.

Lee también

Este asunto es el motivo de un trabajo publicado recientemente en el New England Journal of Medicine (DOI: 10.1056/NEJMoa2214122). En el Reino Unido, entre 1999 y 2009 en un estudio se registraron 82,429 hombres mayores de 50 años en los que se midió el antígeno prostático. En 2,664 (3.2 %) se diagnosticó cáncer de próstata y 1,643 entraron a un estudio en el que fueron asignados al azar a uno de tres grupos: vigilancia, prostatectomía o radioterapia con 3 a 6 meses de tratamiento antiandrógenos. A los quince años de seguimiento, la incidencia de muerte fue similar en los tres grupos. El 21.7 % había fallecido, pero la gran mayoría de diversas causas. Solo el 2.7 % falleció por cáncer de próstata. Fue mayor la incidencia de metástasis en el grupo de vigilancia (9.4 %), que en los otros dos (4.7 % y 5.0 % para prostatectomía y radioterapia, respectivamente), pero la mortalidad fue similar en los tres grupos.

Dado el riesgo de complicaciones de la cirugía o radioterapia, el estudio sugiere que, en pacientes con cáncer de próstata temprano, la vigilancia cuidadosa puede ser una buena alternativa. Más ahora que contamos con métodos diagnósticos más finos, como la resonancia magnética y la tomografía por emisión de positrones (PET) para detectar extensión del tumor o metástasis. O al menos, el trabajo muestra que no hay prisa por decidir una terapia agresiva, sino que se puede valorar la evolución y con calma tomar decisiones. Por supuesto que cada caso debe valorarse en forma personalizada.

Dr. Gerardo Gamba

Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán e

Instituto de Investigaciones Biomédicas, UNAM