Creo que el presidente López Obrador anda atrasado de noticias. Digo esto, porque en el discurso que el mandatario mexicano pronunció en La Habana, expresó: “Nunca he apostado, no apuesto ni apostaré al fracaso de la revolución cubana.” Pero el asunto es que esa revolución ya fracasó en todos los flancos: En términos económicos, mostró que no es capaz de satisfacer las necesidades básicas de la población: con un kilo de carne y un kilo de pollo al mes por familia, es imposible sostener a, por lo menos, cuatro personas. Además, los cubanos tienen que hacer filas durante horas para ver si pueden comprar algunos otros víveres. En términos políticos ese régimen no tiene remedio: desde un inicio se convirtió en una dictadura que traicionó el espíritu democrático que habían enarbolado muchas facciones que participaron en el derrocamiento de Fulgencio Batista. Una dictadura que se ha ido esclerotizando con el paso del tiempo. En términos sociales, baste recordar el levantamiento del 11 de julio de 2021 cuando la gente prefirió salir a las calles a morirse en sus casas de hambre o de Covid; y esto sucedió en numerosas poblaciones de la isla caribeña.

Ante esa inesperada explosión social, lo único que atinó a decir el tirano Miguel Díaz-Canel fue: “a las calles revolucionarios.” Y comenzó una brutal represión contra quienes se atrevieron a decir: “¡ya basta!”

Cómo dice en la entrada del infierno de Dante: “Perded toda esperanza.” Por eso, está fuera de contexto lo que agregó López Obrador en esa ocasión: “Prefiero seguir manteniendo la esperanza de que la revolución renazca en la revolución. Que la revolución sea capaz de renovarse para seguir el ejemplo de los mártires que lucharon por la libertad, la igualdad, la justicia, la soberanía y tengo la convicción y la fe de que en Cuba se están haciendo las cosas con ese propósito, de que se haga la nueva revolución en la revolución.” ¡Imposible! Y él lo sabe: lo único que le interesa a Raúl Castro y a su títere Miguel Díaz-Canel es mantener el poder a toda costa. Incluso, a costa de los sacrificios que están padeciendo los cubanos, y de que los Castro hayan convertido a Cuba en una gran cárcel donde los más elementales derechos humanos son pisoteados cotidianamente: no hay libertad de expresión, no hay libertad de reunión, no hay libertad de prensa, la libertad de circulación está severamente restringida; el derecho a disentir está prohibido. Se ha impuesto el pensamiento único; quien razona de otra manera es calificado como ¡traidor a la patria!

Convengamos en que la visita a Centroamérica se debió, sobre todo, a razones migratorias: el llamado “Triángulo Norte” formado por El Salvador, Honduras y Guatemala es la base del movimiento migratorio que presiona nuestra frontera sur: las personas que buscan mejores oportunidades se internan en territorio nacional para tratar de entrar a Estados Unidos; huyen del hambre y la violencia que azotan a esos países. López Obrador también estuvo en Belice.

Nayib Bukele fue electo con todas las de la ley como presidente de El Salvador; sin embargo, ha mostrado inclinaciones autoritarias. Apremiado por la violencia de las bandas delictivas ha tomado medidas draconianas. El 27 de marzo de 2022, el mandatario salvadoreño pidió a la Asamblea Legislativa—de mayoría oficialista—que declarara el estado de excepción, luego de que se reportaran más de 80 asesinatos durante el fin de semana. Estas medidas incluyen la suspensión de la libertad de asociación, el derecho de defensa y la inviolabilidad de la correspondencia.

José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch declaró: “Los atroces delitos de los pandilleros no dan carta blanca a El Salvador para vengarse de esta manera.” Y añadió: “Bukele entiende que por su popularidad es invencible y El Salvador va camino a convertirse en otra dictadura latinoamericana.”

Xiomara Castro acaba de cumplir cien días de haber asumido la presidencia de la república en Honduras; vale decir, tomó el mando el 27 de enero de 2022. Heredó un desastre, merced al saqueo que se llevó a cabo durante los dos períodos de gobierno de Juan Orlando Hernández (2014-2022). De qué tamaño serían la corrupción y los delitos que se cometieron desde la presidencia de la república que el 14 de febrero de 2022, el gobierno de Estados Unidos solicitó la extradición del expresidente Hernández, cosa que se llevó a efecto, el 21 de abril de 2022. La acusación es por narcotráfico.

La reconstrucción de Honduras, obviamente, no va a ser fácil, sobre todo porque aún están incrustados en la política y en las empresas grupos de poder en tanto que la población, se vio precisada a huir por la falta de trabajo y la violencia desplegada por la delincuencia promovida y protegida desde el vértice de la pirámide.

Evidentemente, López Obrador aprovechó las circunstancias para proponer sus programas Jóvenes Construyendo el Futuro y Sembrando Vida. Xiomara respondió: “Con programas de la 4T en Honduras, México da cátedra. Ya mordió el anzuelo.

Aprovechando el viaje, López Obrador también le había ofrecido ya al presidente de Guatemala, Alejandro Giammatei, el programa Sembrando Vida y ampliar los vuelos entre ambos países ahora que se inauguró el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Bueno—hago una pausa—hay que aprovechar las oportunidades para vender las mercancías, sobre todo las que no son muy atractivas.

En total, fueron 21 acuerdos los que firmaron López Obrador y Giammatei. Destaca el incremento del número de emisiones de la Tarjeta de Visitante Regional (TVR), y la Tarjeta de Visitante Trabajador Fronterizo (TVTF).

Estas fueron las naciones que López Obrador visitó; pero también cuentan las que no visitó, Nicaragua.

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