
“Si ver un insulto escrito incomoda, imaginen lo que es ser víctima de esos insultos”. Con esas palabras, el artista Lalo Alegre resume la esencia de Aquí estamos, aunque nos maten, una pieza que creó como homenaje y denuncia ante los crímenes de odio hacia la comunidad LGBTQ+.
La obra —un altar de 30 cráneos de cartonería pintados con los colores de la bandera arcoíris— que presuntamente estaba destinada a presentarse en el museo de arte popular de Oaxaca, esto bajo la premisa de dar voz a los cartoneros. Cada cráneo llevaba inscrito un insulto común dirigido a personas de la diversidad sexual, además de una ficha con el nombre de una víctima, un breve resumen de la noticia y un código QR que enlaza a la fuente original.
Pero a unos días de la inauguración, el museo notificó que la pieza no podría exhibirse. ¿Los argumentos? contenía “palabras antisonantes”, hacía alusión a la “muerte” y parecia que era “más una denuncia que una artesanía”.
El peso de la memoria
Lejos de un capricho personal, la obra retoma la tradición del tzompantli, estructuras mesoamericanas donde se exhibían cráneos como ofrenda y advertencia. Alegre reinterpretó ese símbolo desde la memoria contemporánea: los cráneos representan vidas truncadas por la violencia de odio, y su disposición busca transmitir solemnidad y respeto.
“Si nombrar la palabra muerte incomoda, imaginen lo que significa vivir con la posibilidad de que la tuya llegue por medio de un crimen de odio solo por ser minoría”, expresó el artista.
¿Puede la artesanía denunciar?
La polémica reaviva una discusión que a estado sobre la mesa por mucho tiempo: la artesanía no ha estado desligada de la crítica social. Basta recordar las calaveras de José Guadalupe Posada, los diablitos de Ukumichu o las máscaras de pueblos originarios que, durante siglos, han narrado resistencia, injusticia y dolor colectivo.
Negar esa dimensión crítica equivale a reducir la cartonería a un adorno, cuando en realidad ha sido un vehículo de memoria popular. “Estigmatizar las artesanias a solo 'adornos bonitos’ es una barrera a la que todo artesano se enfrenta” puede leerse en los comentarios de las redes del artista.
El apoyo no se hizo esperar para pues el video de denuncia se lleno de palabras positivasa, y buenos deseos, además del agradecimiento de muchas presonas por esta interpretacion artistica para dar visibilidad a estos actos violentos, “si incomoda, lo estas haciendo bien” expresaban usuarios en redes.
@lalo.alegre ✨ "Resulta irónico que el título de la exposición en el museo hablara de dar voz a los cartoneros, y la mía haya sido callada." #laloalegre #cartoneria #lgbtq #tzompantliarcoiris
♬ sonido original - Lalo Alegre
Una exposición que no se apaga
Aunque el museo rechazó la pieza, Alegre decidió no callar su voz. El altar ahora puede recorrerse de manera virtual en su página web, donde cada cráneo sigue siendo una vista a nuestra sociedad: los crímenes de odio existen, la comunidad LGBTQ+ resiste y la memoria es una forma de justicia.
“Este altar no celebra la muerte”, afirma. “Exige memoria y da visibilidad. Aquí estamos, aunque nos maten”.