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Los síntomas físicos sin causa médica pueden ser una respuesta emocional. Cuando la somatización se mantiene por meses, puede evolucionar hacia un trastorno de salud mental que afecta la calidad de vida

Somatizar emociones: la señal silenciosa que puede convertirse en un trastorno mental

Dolor (cottonbro studio)

¿Qué es somatizar?

Somatizar es cuando un malestar emocional se expresa a través de síntomas físicos como dolor de estómago, tensión muscular o taquicardias, sin que exista una causa orgánica que los explique. La somatización es un proceso natural del cuerpo; sin embargo, cuando persiste en el tiempo, puede transformarse en un trastorno de salud mental.

Un ejemplo común es la urgencia de ir al baño ante una situación que genera nervios, o el dolor de estómago previo a un examen o evento estresante. Los síntomas suelen presentarse como problemas gastrointestinales, cefaleas o tensión muscular.

Trastorno de síntomas somáticos

Cuando estas molestias se mantienen por más de seis meses y comienzan a afectar la funcionalidad, pueden evolucionar hacia un trastorno de síntomas somáticos, explica la psiquiatra Virginia Soria, vocal del Comité Ejecutivo de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM).

Este trastorno puede tener múltiples causas: factores personales, constitucionales, ambientales o del entorno. En todos ellos, el estrés crónico juega un papel central. Este estrés sostenido aumenta los niveles de cortisol, acelera la frecuencia cardíaca y altera procesos metabólicos, lo que a largo plazo puede favorecer cardiopatías, accidentes cerebrovasculares o incluso deterioro cognitivo.

Es importante diferenciar varios términos relacionados con la somatización:

  • Enfermedades psicosomáticas: sí tienen una base física —como úlceras o gastritis— pero empeoran cuando la persona atraviesa estrés emocional.
  • Trastorno de somatización: es una condición mental en la que una persona presenta síntomas sin una causa médica específica, pero con un malestar intenso y real.

Quienes suelen padecer estos trastornos presentan preocupación excesiva por su salud, ansiedad y una búsqueda constante de explicaciones médicas, rechazando con frecuencia el origen psicológico del malestar.

La psicóloga Eva Vallès, del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d’Hebron, explica que la somatización intensa suele estar asociada a otros trastornos como la ansiedad o la depresión. Aunque no es un trastorno muy frecuente, aparece con mayor prevalencia en jóvenes y especialmente en mujeres, que pueden presentar mayor dificultad para expresar emociones o enfrentar situaciones estresantes.

También es importante distinguir la somatización de la hipocondría, actualmente llamada trastorno de ansiedad por la salud. En este caso, la persona puede tener síntomas mínimos o incluso inexistentes, pero los interpreta como señales de enfermedades graves. Vallès señala que este diagnóstico también es más común en mujeres de entre 30 y 50 años. Los niños, por su parte, también pueden somatizar, especialmente cuando existen dificultades en el sistema de apego o la relación con los cuidadores.

Tratamiento

La detección suele iniciar en medicina general, donde los pacientes consultan por síntomas físicos persistentes. El abordaje principal es psicológico, aunque en algunos casos se pueden utilizar ansiolíticos de corto plazo o antidepresivos.

Los especialistas subrayan la importancia de la educación psicológica para que las personas comprendan cómo sus emociones pueden generar malestar físico y aprendan a identificarlos y gestionarlos.

Aunque no es muy común que la somatización evolucione hasta un trastorno de síntomas somáticos, se considera que su incidencia podría aumentar, en parte porque puede confundirse con otras condiciones o pasar desapercibido.

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