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Cantar Las Mañanitas a la guadalupana comenzó en 1955 por un comentario improvisado en televisión que se convirtió en un ritual nacional

Así nacieron Las Mañanitas a la Virgen: la tradición que México creó en vivo y por sorpresa

Se realizaron las mañanitas en el atrio de la Basílica de Guadalupe. Miles de feligreses acudieron a recibir bendiciones de sus imágenes y pedir por algún milagro.
Mañanitas a la Virgen de Guadalupe Miles de creyentes se reúnen con veladoras y rezos para comenzar con la celebración del Día de la Virgen de Guadalupe con "Las Mañanitas". (Graciela López Herrera)

Las tradicionales Mañanitas a la Virgen de Guadalupe son hoy uno de los rituales más emblemáticos del 12 de diciembre, un honor reservado para cantantes que cada año interpretan este homenaje a la medianoche. Sin embargo, este festejo no siempre existió tal como lo conocemos.

El día de la virgen

El día dedicado a la Virgen fue oficializado en 1667, cuando el papa Clemente IX declaró el 12 de diciembre como fecha para el festejo en memoria de la aparición de la Virgen ante Juan Diego en el cerro del Tepeyac en 1531. Desde entonces, la devoción permanece, aunque la forma de celebrarla ha cambiado con el tiempo.

¿Cómo inicio la tradición de cantar las mañanitas a la virgen?

En los primeros años la dinámica fue espontánea, cualquier artista podía acercarse al micrófono instalado en la Colegiata para cantar una pieza religiosa o popular. Las primeras transmisiones televisivas iniciaron en 1951 y fueron producidas por Carlos Salinas Saucedo, quien estuvo al frente hasta 1997.

Pero “Las Mañanitas” como las conocemos hoy en día, surgieron en 1955, y fue por accidente: Faltaban diez minutos para la medianoche de ese 12 de diciembre cuando el conductor Rafael Solana dijo en vivo:

“Faltan 10 minutos para la media noche, cuando todo el pueblo de México le va a cantar Las Mañanitas a la Virgen de Guadalupe.”

El comentario no estaba en el guion, y la producción tuvo que improvisar así que se le entregó un micrófono a Gustavo Olguín, quien organizó al público para cantar la melodía popular al igual que en cualquier cumpleaños mexicano...Y desde entonces, el cántico se volvió tradición.

Al año siguiente, Lola Beltrán, María Victoria en voces y Juan Torres en el órgano se convirtieron en los primeros artistas autorizados para interpretar Las Mañanitas dentro de la antigua Basílica.

En los primeros años, los corresponsales cantaban casi escondidos para poder transmitir la ceremonia, pero con el tiempo la participación artística y la cobertura televisiva crecieron hasta convertirse en un evento masivo y esperado.

Una tradición que trascendió fronteras

Este ritual se fue expandiendo, y con ayuda de los medios se popularizó al punto de que comunidades migrantes en Estados Unidos colocaban televisores en aparadores para ver la transmisión y cantar juntos. El fenómeno impulsó la fe, el fervor guadalupano… y también la industria musical pues tras sus presentaciones, artistas como El Buki llegaron a vender cientos de miles de discos gracias a su exposición en la ceremonia.

Cada generación de artistas que ha pasado por, tanto la nueva como la vieja basílica, ha aportado momentos icónicos, desde interpretaciones históricas hasta escenas que hoy viven como parte del folclor digital, como la recordada presentación de Itatí Cantoral.

Así, una tradición surgida por azar se convirtió en un ritual nacional que año con año une a millones de personas dentro y fuera de México.

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