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Aunque muchas personas asocian las fiestas decembrinas con un aumento de suicidios, la evidencia refuta esta creencia

El “síndrome de las fiestas”: ¿Las personas se suicidan más en diciembre?

Depresión (Pinterest)

Aunque para muchas personas diciembre es sinónimo de celebración, para otras llega a ser un periodo emocionalmente complejo pues puede intensificar los sentimientos de soledad, nostalgia o tristeza, especialmente en quienes han vivido pérdidas recientes o se encuentran en situaciones vulnerables.

Este fenómeno es conocido como “síndrome de las fiestas” o holiday syndrome, un término utilizado por primera vez en 1955 por el psicoanalista James Cattel para describir un trastorno afectivo caracterizado por angustia, irritabilidad, nostalgia y depresión, que suele aparecer hacia finales de noviembre y durante la temporada navideña.

¿Las personas se suicidan más en diciembre?

Si bien existe evidencia de que durante las fiestas decembrinas puede aumentar el riesgo de estados depresivos, especialistas advierten que los medios de comunicación han contribuido a difundir la idea de que diciembre es el mes con mayor número de suicidios. Aunque por el contrario, es uno de los meses en los que menos casos se registran.

Greg Eghigian, profesor e historiador de las ciencias humanas en la Universidad de Pensilvania, señala que esta falsa asociación podría tener su origen en la cultura popular. Una de las referencias más citadas es la película It’s a Wonderful Life (1946), en la que el protagonista contempla quitarse la vida durante la Navidad. Desde entonces, esta relación causa-efecto se ha replicado en diversas narrativas mediáticas —desde libros hasta canciones—, alimentando lo que se conoce como el “efecto Werther”, es decir, la imitación de conductas suicidas tras una amplia cobertura sensacionalista.

El peligro de idealizar

Otra explicación del llamado “síndrome de las fiestas” radica en el contraste entre las expectativas idealizadas de la Navidad y la realidad que muchas personas enfrentan. Léonore Dupanloup, directora de comunicación de la asociación Stop Suicide en Suiza, advierte que dramatizar esta época “vende más”, pero también refuerza ideas erróneas que pueden resultar peligrosas para personas en situación de fragilidad emocional.

“Entre más se exponga este mito, más se refuerza”, señala Dupanloup, quien insiste en que difundir información sin sustento científico no solo desinforma, sino que incrementa los riesgos.

El papel de los medios y la importancia de la prevención

Para Stéphane Saillant, psiquiatra y vicepresidente del Grupo Romand de Prevención de Suicidio (GRPS), uno de los principales problemas al abordar este tema es la falta de matices, pues si bien las fiestas pueden detonar sentimientos de soledad, los conflictos familiares o la sensibilidad emocional, esto no significa que las ideas suicidas sean más frecuentes en diciembre que en el resto del año.

Por otro lado se habla de que cuando los medios abordan el tema con responsabilidad, pueden generar el llamado “efecto Papageno”, un enfoque que promueve mensajes de esperanza y prevención, alentando a las personas a buscar ayuda y a desistir de hacerse daño.

Acompañar, incluso después de las fiestas

Especialistas coinciden en que la prevención debe ser constante, acciones simples como saludar a los vecinos, mantener contacto con personas que podrían sentirse solas o crear redes de apoyo comunitarias pueden marcar una diferencia significativa. También es fundamental prestar atención después de las fiestas, cuando el acompañamiento suele disminuir y el malestar emocional puede persistir.

Aunque disfrutar de la Navidad y el Año Nuevo es válido, también lo es reconocer que no todas las personas viven estas fechas de la misma manera, y garantizar un entorno más empático y solidario es una responsabilidad colectiva.

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