Academia

El 60% de las carreras consideradas STEM en México no lo son

Investigadores del Cinvestav realizaron una revisión de criterios y hallaron que muchas corresponden a áreas administrativas y sociales

ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas

Eduard de la Cruz Burelo (centro) encabezó la investigación en el Cinvestav. El investigador es reconocido por su trabajo en la física de partículas.

Eduard de la Cruz Burelo (centro) encabezó la investigación en el Cinvestav. El investigador es reconocido por su trabajo en la física de partículas.

En México hay muchas carreras que se denominan como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en ingles), pero que, al revisarlas a fondo, tienen que ver más con cuestiones administrativas, refieren investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), quienes llevaron a cabo una investigación en la que proponen estudios más rigurosos para esa clasificación, puesto que el 60% de las que son consideradas como tal no corresponden a en realidad a esta definición.

“Nos encontramos con la sorpresa de que en México hay muchas carreras que se denominan como STEM, pero que al revisarlas a fondo tienen que ver más con cuestiones administrativas”, señala Eduard de la Cruz Burelo, investigador del Departamento de Física del Cinvestav y uno de los autores del estudio.

Una de las premisas del estudio parte de una aparente contradicción en las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), según la cual el 32 por ciento de la población estudiantil de nivel superior en México optó en 2017 por una carrera relacionada con el área STEM. No obstante, refiere el Cinvestav en un comunicado, otros datos del organismo revelan que 31 por ciento de los empleadores en estos sectores industriales tuvieron dificultades para encontrar personal calificado.

Esto significa que se reporta un número alto en la formación de recursos humanos en áreas STEM, pero déficit en la industria. El análisis de los investigadores del Doctorado Transdisciplinario en Desarrollo Científico y Tecnológico para la Sociedad del Cinvestav aporta datos para comprender la contradicción y concluyen que, a grandes rasgos, no existen criterios uniformes para clasificar a las carreras STEM.

De la Cruz Burelo –reconocido por su trabajo en física de partículas–, junto con su alumna Yara Pérez Maldonado y la politécnica Claudia Marina Vicario Solórzano, refieren que la falta de homogeneidad en la clasificación se refleja en que 60 por ciento de los programas de estudios considerados dentro del rubro STEM no cumplen con los criterios para ello. Es decir, se clasifican así sólo por su nombre, pero en la mayoría de los casos no lo son, pues están enfocadas a cuestiones administrativas o sociales.

“Estudiamos este tema por su vínculo con la economía digital. Revisamos los datos de la OCDE, que emite un documento para valorar el panorama mundial en la materia y resulta que esta organización le pide a cada país miembro que envíe sus datos, pero no le dice cómo; es decir, cada nación decide sus propios criterios”, comenta el físico.

Para el estudio, el investigador y las investigadoras revisar las distintas definiciones sobre lo que constituye un área STEM, las currículas de este tipo de carreras, diversos estudios previos sobre el tema, así como indicadores y estadísticas de organismos mexicanos como la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). Posteriormente, elaboraron una propuesta de criterio para clasificar correctamente a las áreas STEM, filtrar y homogeneizar los datos y así establecer comparaciones de manera internacional. Esta metodología se basó en las definiciones y el contexto socio-histórico del desarrollo de este tipo de carreras, señalan; posteriormente, aplicaron un estudio exploratorio utilizando los diferentes criterios de clasificación para mostrar las discrepancias.

Los académicos se encontraron con que en el país existen muchas carreras que se denominan como STEM, pero que al revisarlas a fondo tienen que ver más con cuestiones administrativas y detectaron que muchas carreras etiquetadas como como tal, en realidad corresponden, al revisar a detalle los contenidos de los respectivos programas de estudio, a profesiones que forman recursos humanos en otras habilidades de tipo gerencial, de las áreas administrativas o sociales. El fenómeno, añaden, se repite en otros países de Latinoamérica.

“No tenemos nada en contra de estas profesiones, son muy respetables y necesarias para el desarrollo de la sociedad, pero observamos que no entran dentro de las definiciones de STEM”, aclara De la Cruz Burelo, quien explica que tener una clasificación confiable es vital porque el número de alumnos y carreras en estas áreas es un referente que con frecuencia utilizan los países para ponderar aspectos como el valor agregado de alguna actividad económica.