Academia

“Imposible que el CIDE funcione con un director incompetente que desdeña a su comunidad”

Las protestas y descontento de la comunidad académica son reflejo de la mayor crisis que ha padecido a causa de su propio personal, señala en entrevista Javier Martín Reyes, profesor de la institución

crisis en la ciencia

Estudiantes y profesores del CIDE se manifestaron el viernes contra el director interino frente a Conacyt.

Estudiantes y profesores del CIDE se manifestaron el viernes contra el director interino frente a Conacyt.

Antimio Cruz

(Primera parte)

A medio camino de la actual administración del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha habido destituciones y nombramientos polémicos en los Centros Públicos de Investigación, tal es el caso de instituciones como el CICY o el INAOE. No obstante, ninguno ha alcanzado el calado y movilización de su comunidad y, principalmente, de su cuerpo estudiantil como el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), tras las decisiones autoritarias de su director interino, José Romero Tellaeche.

En entrevista, Javier Martín Reyes –profesor del Departamento de Estudios Jurídicos y coordinador de la licenciatura en Derecho– explica el pulso del descontento de la comunidad del CIDE, más allá de la destitución arbitraria de Catherine Andrews y Alejandro Madrazo Lajous, reconocidos académicos arropados por su institución, alumnos y comunidad, algo que no puede presumir José Romero, como quedó evidente en el encuentro virtual Jornadas de Diálogos con la Comunidad.

“Lo que buena parte de la comunidad está sintiendo es una enorme incertidumbre y un enojo grande porque esta es, probablemente, la mayor crisis generada en la historia del CIDE por decisiones del propio personal”, señala el académico, quien enfatiza que no se puede explicar como un suceso aislado, sino parte de un contexto general amplio que se inserta más allá del CIDE:

“Las descalificaciones contra la UNAM por considerarla neoliberal, el ataque contra comunidad científica, la aberrante solicitud de la FGR de encarcelar a 31 científicos por delincuencia organizada, recortes al presupuesto de ciencia, tecnología e innovación; la desaparición de fideicomisos de Centros Conacyt…, son todas decisiones desde el gobierno que claramente afectan al sector académico en términos generales”.

Después viene el contexto interno de la institución, que se ha tornado “complicadísimo”, apunta, y que ha impedido que opere adecuadamente.

Ajeno a la comunidad del CIDE

Javier Martín Reyes.
"Nunca habíamos visto que se nombrara o se pretendiera nombrar definitivamente a una persona totalmente ajena a su comunidad"Javier Martín Reyes

Más allá de su salario, se dejó de pagar a los profesores por su participación en proyectos de investigación y publicaciones, e incluso algunas clases no se están pagando, refiere. “En ese contexto renunció Sergio López Ayllón y se nombró como interino a Romero Tellaeche, una persona ajena a la comunidad quien en las últimas décadas no ha estado en el CIDE y no conoce a la institución. Por el contrario, lo que ha demostrado de manera contundente con sus decisiones arbitrarias es que no tiene la capacidad ni vocación para dirigir a una institución como el CIDE, que no se rige como la administración pública descentralizada a través de la lógica unipersonal y la jerarquía, sino que es una institución académica que se maneja por los principios de la colegialidad y el diálogo”.

En su programa de trabajo para ser elegido como director general, José Romero ha denostado
a su propia comunidad, de la que no formaba parte.

En su programa de trabajo para ser elegido como director general, José Romero ha denostado a su propia comunidad, de la que no formaba parte.

Antimio Cruz

MADRAZO Y ANDREWS.

Así como quedó claro en su audiencia virtual fallida con los estudiantes, un día antes de las protestas en Conacyt y la solicitud de su dimisión, Romero ha sido incapaz de dialogar, consensuar y convencer a su comunidad, acota Martín Reyes. Para dirigir al CIDE, enfatiza, no se puede pasar por encima de la lógica del diálogo y la colegialidad, puesto que sólo así se garantizan las libertades de investigación, cátedra y expresión, “condiciones sin las cuales no se pueden hacer estudios técnicamente sólidos para resolver problemas nacionales. La ciencia no tiene color de partido político y mal haríamos en hacer investigación a partir de las preferencias políticas o electorales de algunas personas”.

Sin embargo, lo que Romero Tellaeche ha llevado a cabo en los últimos cuatro meses ha sido romper con el diálogo y colegialidad, pero no sólo en la toma de decisiones unilaterales, sino además en arbitrariedades que van en contra de la normativa propia de la institución, puntualiza el académico. “La primera fue destituir a Alejandro Madrazo de la Sede Región Centro, porque cometió el pecado de colaborar en un video donde defendió los derechos laborales de su comunidad. En un contexto en el que los colegas de Aguascalientes con una plaza de Cátedra Conacyt, uno habría esperado que el primero en defenderlos fuera Romero Tellaeche, como director, no lo hizo, pero Alejandro Madrazo sí y terminó siendo destituido por cumplir su función”.

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Antimio Cruz
La movilización fue convocada por estudiantes de tres licenciaturas, cinco maestrías y un doctorado.

Resonaron entonces las palabras escritas por Romero a Madrazo: “perdida de confianza” para justificar su destitución, lo cual generó enorme enojo y preocupación en la comunidad, agrega. “Posteriormente, sucede la destitución de Catherine Andrews –más grave porque era la segunda persona más importante en la estructura del CIDE– porque le recordó que no podía, unilateral y arbitrariamente, posponer la realización de las comisiones dictaminadoras (CADI) donde se evalúa los profesores y se determina si continúan o no en la institución”. Por no cancelarlas, la destituyó manifestando que fue un “acto de rebeldía”.

Los administrativos del CIDE estaban obligados a cumplir con esa función, no obstante, Romero no sólo no aceptó participar y dialogar en el órgano colegiado y “garantizar el funcionamiento de la institución, en cambio su respuesta fue destituir a quien sí cumplió con su obligación”.

El académico señala que Romero Tellaeche está creando problemas en la institución donde no los había antes. “Nunca en la historia del CIDE se había destituido a un director de sede y menos a una secretaria académica; Romero está cometiendo arbitrariedades, viola la normativa interna y castiga a quienes sí la cumplen”.

CADI, EL CONTROL.

La cancelación de las comisiones dictaminadoras (CADI), programadas la semana pasada, tiene un trasfondo claro para la comunidad del CIDE y parece que Romero Tellaeche ni siquiera trató de disimular. Habría postergado las evaluaciones hasta que tuviera más control de éstas como nuevo director general –el cual se elegirá de forma definitiva el próximo 29 de noviembre– y así tener mayor injerencia en los cambios de su planta docente.

–¿Esta apreciación es incorrecta?

–No es una apreciación, sino una certeza, porque lo puso por escrito, de ese nivel es su incompetencia y arbitrariedad. En comunicado dijo que quería que se suspendieran las CADI para que fuese el nuevo director definitivo quien las presidiera y participara en ellas; incluso llegó a decir que era probable que se nombrara a alguien más en la secretaria académica, lo dijo abiertamente. No argumentó que no podía asistir por problemas de agenda o alguna razón sanitaria, sino que las posponía porque si se evaluaban después era posible que hubiera otro director y otra secretaria académica encabezándolas, el detalle es que está compitiendo y quiere ser director general. A partir de lo que él mismo dijo, quiere estar en esas evaluaciones, donde han estado, por ejemplo, académicos como Alejandro Madrazo, con quien tiene un conflicto incluso de interés. Quiere estar en las evaluaciones para decidir quién continúa y quién se va.

José Romero Telleache se reunió de forma virtual con estudiantes en un infructuoso diálogo, un día antes de la manifestación.

José Romero Telleache se reunió de forma virtual con estudiantes en un infructuoso diálogo, un día antes de la manifestación.

Esto es grave y peligroso, advierte Martín Reyes, puesto que es en las CADI donde se juega el futuro laboral de todas las personas que son sujetas a evaluación en el CIDE, institución que no es muy grande, pero que tiene un impacto importante en la discusión pública y los problemas del país. “Es imposible que una institución como la nuestra siga funcionando cuando internamente tenemos a un director caracterizado por su incompetencia y su desdén a la comunidad”.

Politización de la institución

El CIDE es uno de los 27 Centros Públicos de Investigación de Conacyt y aunque ha habido otras destituciones y elecciones de directores alineados a la política de la dependencia federal, éste ha sido más susceptible a la politización, como lo han dejado ver los programas de trabajo de Vidal Llerenas Morales y José Romero Tellaeche, aspirantes a la dirección general.

Para Javier Martín Reyes, esta politización se podría explicar por dos factores. El primero se relaciona con la naturaleza misma del centro, especializado en ciencias sociales, estudios económicos, jurídicos, políticos, internacionales… temas que, de manera natural, tienen incidencia en la agenda pública y política del país.

Otra variable, la cual está más sujeta a su especulación, reconoce, es la disociación de Romero Telleache con la comunidad que pretende dirigir. “Aunque ha habido otras sustituciones en Centros Conacyt, nunca habíamos visto que se nombrara o se pretendiera nombrar definitivamente a una persona totalmente ajena a su comunidad. Menos aún a un director interino que presenta un plan de trabajo plagado de mentiras, estereotipos y prejuicios contra la comunidad que pretende dirigir”.