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La NASA ensaya un aterrizador para la luna Europa de Júpiter

Europa se ha distinguido como objetivo de próximas misiones espaciales por la presencia de un océano de agua líquida bajo su corteza helada

Prototipo de aterrizador de la NASA para la luna Europa.

Prototipo de aterrizador de la NASA para la luna Europa.

NASA

Los ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA han probado un sistema de aterrizaje para una futura misión propuesta que llegaría a Europa, la luna helada de Júpiter.

Europa se ha distinguido como objetivo de próximas misiones espaciales por la presencia de un océano de agua líquida bajo su corteza helada, en condiciones que podrían ser compatibles con la vida.

Este sistema para el 'Europa Lander' propuesto es una evolución del hardware utilizado en misiones anteriores de aterrizaje de la NASA. Fue ensayado en agosto pasado y la NASA ha difundido ahora imágenes de su desempeño.

Testing Hardware for Potential Future Landing on Europa from JPLraw on Vimeo.

Incluye la arquitectura utilizada para la "maniobra de grúa aérea" que ayudó a bajar los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA a la superficie marciana, lo que le daría al módulo de aterrizaje la estabilidad que necesita durante el aterrizaje.

Aunque esta arquitectura de aterrizaje se desarrolló con Europa como objetivo, podría adaptarse para su uso en otras lunas y cuerpos celestes con terreno desafiante, informa la NASA.

Cuatro bridas, suspendidas de una etapa de descenso de propulsión simulada en lo alto, mantienen el cuerpo del módulo de aterrizaje nivelado. Las cuatro patas se adaptan pasivamente al terreno que encuentran mientras el módulo de aterrizaje continúa descendiendo hacia la superficie. Cada pata consta de un mecanismo de articulación de cuatro barras que controla la postura de la pierna antes y durante el aterrizaje. Las patas están precargadas hacia abajo con un resorte de fuerza constante para ayudarlas a reorganizar y comprimir la superficie que encuentran antes del aterrizaje, brindándoles tracción y estabilidad adicionales durante y después del aterrizaje.

Actuando como una placa protectora, la quilla proporciona protección a la parte inferior de la nave espacial contra terrenos potencialmente dañinos. La quilla también resiste el movimiento cortante en el terreno con el que interactúa.

Una vez que la quilla hace contacto con la superficie, los sensores activan un mecanismo que bloquea rápidamente las articulaciones giratorias de la "cadera" y la "rodilla" de las piernas, lo que da como resultado una postura similar a la de una mesa. En este punto, la tarea de garantizar la estabilidad del módulo de aterrizaje pasa de las bridas a las patas. Este cambio mantiene el módulo de aterrizaje nivelado después de descargar las bridas.

En caso de que la quilla no encuentre terreno durante el proceso de aterrizaje, los sensores en cada pata también pueden declarar el aterrizaje. Después de que las articulaciones de las patas se bloquearan, la quilla quedaría suspendida sobre el terreno de aterrizaje y el módulo de aterrizaje estaría sostenido únicamente por las cuatro patas.